Esta es una de las críticas más difíciles para mí... La vi hace veinte años, y me gustó muchísimo, pero... mucho. Esta lluviosa tarde de domingo me dispuse a revisarla, y ya no la recordaba; excepto alguna secuencia perdida.

No era la misma... Creo, más bien que yo no soy el mismo, y me da pena, porque no sé lo que se ha perdido por el camino. Sus diálogos son frescos pero esta vez los actores me parecieron muy envarados, y forzando esa naturalidad los percibí en exceso rígidos, tal vez almidonados.

Una historia bonita por su cercanía en ese barrio donde todos se conocen, incluso los que no se hablan. Hermosa por su cotidianidad, por sus personajes bien trazados; donde se unen cómplices en sus grandezas y pequeñeces.

La valoraré como lo hubiera hecho hace veinte años. La película no tiene la culpa de mis cambios y ese nuevo enfoque vital.