Como la mayor parte del cine y series adolescentes, no profundiza en la sustancia supuestamente real de sus personajes. Todo en ella es esquemático y ese esquema además resulta poco creíble.

Actuaciones impostadas, superficiales, miradas y gestos con los que creen llegar.
Actuar... queridos, es otra cosa que sale de dentro, de tus entrañas y para que nos llegue... se debe parir. Pero las nuevas generaciones de actores de lo que sí entienden es marcar músculo físico, permaneciendo el cerebro en el más absoluto abandono. Ellas preciosas: peinadas y maquilladas hasta para ir a cama. En fin... Hace falta mucha escuela, mucho trabajo, patear mucho camino interpretativo.

Han pasado siete años de su estreno, y en este tiempo todo ha continuado de manera parecida. Más viejos, más curtidos físicamente, pero no mejor preparados.