Aunque se trate de una actualización del personaje creado por Arthur Conan Doyle, deberían observarse ciertas reglas de coherencia narrativa.

Todos estamos de acuerdo que el cine es mentira; partiendo de esa premisa, si presentamos una investigación criminal, los datos y elementos integrados en ella, tendrían que mostrar un mínimo respeto hacia la inteligencia del espectador.

Sherlock, ofrece la imagen de un hombre intuitivo y astuto... PERFECTO. En esta serie, su aire delicado se asemeja más a lo que llamaríamos en ciertos ambientes, y en lenguaje coloquial... "una mariquita mala"

Pasando por alto licencias "advinatorias" más que intuitivas, de todo tipo, el final se muestra blandito y poco resolutivo.

Debo continuar en spoiler: