Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Don Hantonio Manué:
7
Comedia. Drama Un joven violonchelista de Praga y su sofisticada novia visitan a algunos amigos en un pequeño pueblo. El violonchelista también ha sido contratado para tocar con la orquesta local.(FILMAFFINITY)
2 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La visita de un chelista y su novia a la casa de un amigo en un pueblo, con la excusa de un concierto en el que va a tocar, sirve para que les veamos conviviendo durante un corto período de tiempo con la numerosa familia del anfitrión.

Passer fue un colaborador de Forman que también emigró a Hollywood, pero sin tanta suerte. Su efímera trayectoria en su país natal se reduce a esta película que nos muestra la vida sin más, cuyo argumento se reduce a una sucesión de pequeñas anécdotas protagonizadas por unos personajes muy normales pero a la vez pintorescos. A una cotidianeidad empapada de cierta maravilla, entre lo agridulce y lo cómico, con algún arranque disparatado. Conocemos de cerca a unos y a otros, ya sean jóvenes o viejos, hay algo de retorno a los orígenes. Hay quien, en su forma de ser, puede sentirse más próximo a los niños, a los idiotas, a los animales. Y sin darnos cuenta, se hace evidente una sensación como de desgaste vital, de frustración y nostalgia por lo que fue, o por lo que pudo haber sido, alguna que otra perla cargada de sabiduría (“la diversión es diferente en cada sitio, pero la tristeza es igual en todas partes”).

El carácter documental de unas secuencias que destilan naturalidad, a veces sin actores profesionales, la renuncia a una trama ordenada en favor de capturar el ambiente de una fiesta, de un entierro, son rasgos muy propios de aquel cine vanguardista y que acaban componiendo un film sin duda muy especial. La música, por ejemplo, tiene su importancia para estas gentes, su función social, de ahí una interpretación deliciosamente mala de Mozart a cargo de cuatro tipos un tanto amateurs, unos toques de trompeta desde la tapia de un cementerio… la “iluminación” del título se refiere quizá a esos momentos breves de lucidez a altas horas de la noche, en compañía de amigos y con cierto grado de alcohol en vena, en las que todo es posible.

Nos hablan de estrategias de evasión, de sentarse y permanecer a solas con uno mismo, sin ser molestado. De darle un poco de sentido, en fin, a lo que carece de un sentido, de un perfecto funcionamiento. Y es que la vida a veces es como un instante de espera, como un ensayo de orquesta o un brindis interrumpido, al final del cual nos espera un trago de ponche demasiado espeso.
Don Hantonio Manué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow