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España España · La Laguna (Tenerife)
Voto de Spock:
8
Ciencia ficción. Acción Siglo XXIII. Al almirante James T. Kirk, de la nave Enterprise, se le encomienda una difícil misión: neutralizar un extraño cuerpo para evitar su colisión con la Tierra y la consiguiente catástrofe. El oficial Spock, el capitán Willard Decker, la asesora Ilia y el doctor McCoy ayudan a Kirk a descubrir la naturaleza de este cuerpo sideral, provisto de un mecanismo de inteligencia de origen terrestre. La expedición del Enterprise ... [+]
4 de septiembre de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta obra del oscarizado Robert Wise, Star Trek dio el gran salto a la inmortalidad, mucho más allá de una serie televisiva de bajo presupuesto orientada a un público infantil, para convertirse en un fenómeno que aún hoy moviliza a una legión de fans ávidos de aventuras espaciales, aún por concluir. Es decir, con esta película, Star Trek fue donde nadie había estado antes. El primer requisito: reunir al equipo original de actores, desde Will Shatner a Majel Barrett, esposa del creador de la serie (Gene Roddenberry). Stephen Collins y Persis Khambatta completaron el reparto, en el que también participa brevemente Mark Lenard (recordado por su papel de Sarek, embajador de Vulcano y padre de un servidor) como comandante klingon.

La película se aparta de la línea televisiva, cuyo motivo era la exploración del espacio y el descubrimiento de nuevos mundos, incluyendo abundante metraje en exteriores. La acción transcurre casi por completo dentro de naves espaciales, creando un ambiente totalmente distinto y a veces claustrofóbico. Esto, junto con el tempo cadencioso de la historia, decepcionó a muchos fans de la serie. Y es verdad: esta Star Trek no es una película de acción pura, sino más bien un thriller espacial, de cuya resolución depende el destino de la Tierra. La tripulación del Enterprise se enfrenta a una amenaza casi imposible de detener, una nave gigantesca que se dirige a la Tierra y que engulle o destruye a quienes osan enfrentársele. El descubrimiento progresivo de la lógica y los motivos de la nave alienígena (V'Ger) enriquecen el argumento.

El diseño de vestuario es mejorable (tanto que nunca más se supo de los uniformes de esta entrega). El más que correcto trabajo de los actores es básico para entender la genuina personalidad de la saga. El trío Shatner-Nimoy-Kelley brilla en esta entrega quizás como nunca. Mención aparte para la excelsa banda sonora de Jerry Goldsmith, felizmente reeditada hace años. A destacar el tema principal, el ataque de los klingon y la fantástica pieza que adorna la exploración de las enormes entrañas de V'Ger. Los efectos especiales son excelentes, sin lograr la maravilla visual de Star Wars.

Surgirían, inevitablemente, comparaciones entre Star Wars y Star Trek, de las que esta última no saldría bien parada, injustamente. Star Wars es una aventura de acción clásica, adornada con grandes efectos especiales, que puede trasplantarse sin problema a otro contexto no galáctico (por ejemplo, el Far West). Sin embargo, Star Trek propone afrontar retos y peligros en el hostil e ignoto espacio exterior. No existe Star Trek sin el espacio, sin la última frontera. No se pueden, ni deben, comparar ambas sagas. Cada una es única, a su modo. Ahora bien: la dimensión social del fenómeno trekkie, que se inició aquí, supera con mucho a la de Star Wars, más reconocida como un gran espectáculo. Dicho en Borg: las comparaciones son fútiles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spock
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