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Voto de aldaraviendoleyendoblogspot:
10
20 de octubre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Damián Szifron realiza en esta película un espectacular retrato del cabreo del hombre moderno a través de seis relatos, independientes entre sí, que tienen como denominador común la ira de una serie de personajes que se sienten agredidos por el mundo y reaccionan de forma salvaje. Hay toneladas de humor negro y una creatividad desbordante en el guión de Szifron, que combina el tono de cada historia para que nos sintamos como en una montaña rusa, sin un instante de relax, enganchados a una acción que va de lo gracioso a lo delirante, de lo cotidiano a lo disparatado, del cabreo perfectamente reconocible por un contratiempo habitual en cualquier ciudad a la reacción más esperpéntica y de consecuencias más dramáticas.
La película empieza con la venganza de un perdedor, víctima de toda clase de engaños y ataques que le han hundido emocional y profesionalmente, que reúne en un avión a los causantes de sus desgracias. Le siguen una camarera a la que un malvado de libro ha destrozado la vida y que ve la oportunidad de resarcirse; un ingeniero cuya desgracia familiar y profesional comienza en el momento en que la grúa se lleva su coche; el guapo dueño de un gran Audi que padece la agresión de otro conductor en un camino perdido; un millonario cuya vida se da la vuelta el día que su hijo se mete en un lío, del que pretende aprovecharse un montón de corruptos, y una novia que descubre el engaño de su amado el día de su boda. En cada historia hay un salvaje capaz de descontrolarse cuando la violencia y la frustración que la vida le proporciona le resulta insoportable, y todas ellas están narradas con una precisión y un ritmo impecables, y con interpretaciones ejemplares.
Szifron desarrolla con el máximo acierto cada situación de partida hacia una evolución siempre sorprendente. Para empezar nos presenta una mirada convencional al mundo que conocemos: gente normal angustiada ante la burocracia y el abuso de autoridad, impotente ante la corrupción, la violencia, el engaño y la maldad; personas corrientes a quien la vida juega malas pasadas. Partiendo de ahí, hace desembocar la acción en situaciones extremas y hasta esperpénticas: explosiones, crímenes, aviones estrellados, escándalos, cárceles, desenfreno, locura y crueldad. Semejante combinación entre lo real y el esperpento está resuelta con tal brillantez y humor que Szifron logra que en cada historia sintamos esa atmósfera de conexión total entre la sala y la pantalla que solo se vive en algunas películas.
La película empieza con la venganza de un perdedor, víctima de toda clase de engaños y ataques que le han hundido emocional y profesionalmente, que reúne en un avión a los causantes de sus desgracias. Le siguen una camarera a la que un malvado de libro ha destrozado la vida y que ve la oportunidad de resarcirse; un ingeniero cuya desgracia familiar y profesional comienza en el momento en que la grúa se lleva su coche; el guapo dueño de un gran Audi que padece la agresión de otro conductor en un camino perdido; un millonario cuya vida se da la vuelta el día que su hijo se mete en un lío, del que pretende aprovecharse un montón de corruptos, y una novia que descubre el engaño de su amado el día de su boda. En cada historia hay un salvaje capaz de descontrolarse cuando la violencia y la frustración que la vida le proporciona le resulta insoportable, y todas ellas están narradas con una precisión y un ritmo impecables, y con interpretaciones ejemplares.
Szifron desarrolla con el máximo acierto cada situación de partida hacia una evolución siempre sorprendente. Para empezar nos presenta una mirada convencional al mundo que conocemos: gente normal angustiada ante la burocracia y el abuso de autoridad, impotente ante la corrupción, la violencia, el engaño y la maldad; personas corrientes a quien la vida juega malas pasadas. Partiendo de ahí, hace desembocar la acción en situaciones extremas y hasta esperpénticas: explosiones, crímenes, aviones estrellados, escándalos, cárceles, desenfreno, locura y crueldad. Semejante combinación entre lo real y el esperpento está resuelta con tal brillantez y humor que Szifron logra que en cada historia sintamos esa atmósfera de conexión total entre la sala y la pantalla que solo se vive en algunas películas.