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España España · Sevilla
Voto de Bukowski:
8
Animación. Ciencia ficción. Fantástico. Drama. Thriller En el Condado de Orange (California), en un tiempo futuro en el que América ha perdido la batalla contra las drogas, un policía de incógnito (Reeves) recibe la orden de espiar a sus amigos. Como ya había hecho en la popular "Waking Life", el director mezcla animación y personajes reales. Adaptación de una historia de Philip K. Dick. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2006
89 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver la última película de Richard Linklater, basada en una (otra) novela de Philip K. Dick, que ya diera obras maestras del cine como Blade Runner. En general, lo más destacable de la película es el efecto rotoscopio con el que ha sido rodada, de una belleza extremada, que hace que te pases la hora y media larga de película simplemente observando cómo se mueven los dibujos. Algunos planteamientos del film también son interesantes, y hacia el final de la película nos estaremos preguntando quiénes son los buenos y los malos, qué hay detrás del juego de las apariencias, de las máscaras, de las sombras chinescas, de ése gran teatro del mundo que apuntó Calderón. Sin embargo, hasta llegar al asunto central y realmente importante de la trama, ha pasado más de una hora en la que ha ocurrido menos que en Esperando a Godot, llena de diálogos sin sentido de drogadictos (porque ésta es una película de drogadictos en toda regla, sí señor) y de bajones de ritmo apabullantes (cosa que también ocurría en Walking Life, la anterior película de Linklater), de la que se salvan sólo la belleza estética de las secuencias (muy bien rodadas, por otra parte), algún que otro rompimiento de gloria en los diálogos, y poco más.

El guión en este punto es bastante inconsistente, y el hilo conductor que lo mantendrá vivo serán algunos detalles, muy de novela de K. Dick, que conseguirán mantenernos interesados gracias a una aparente confusión. También ayudan las interpretaciones Robert Downey Jr. (en su salsa, gran papel), Keanu Reeves (está bien pero sin grandes alardes) y Winona Ryder. En todo caso, la trama ganará muchos puntos a partir de que pasa la primera hora, donde toda la gran tela de araña se va destejiendo poco a poco y empezamos a ver lo que hay detrás del juego de nombres y de disfraces, donde por fin entenderemos de qué va A Scanner Darkly. Y entonces, cuando abramos los ojos, y sobre todo, cuando lleguemos a las secuencias finales, y cuando salgamos del cine (por cierto, escuchando la estupenda canción Black Swan extraída del último disco de Thom Yorke, The Eraser), cuando nos demos realmente cuenta del regusto agradable que la película deja en nosotros. Que lleva a pensar que, aunque no sea una obra maestra, sin duda sí es una obra muy digna de ver. Y no sólo por el preciosismo estético.
Bukowski
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