Hoy vi Buscando a Eric. Me ha gustado más de lo que esperaba...la verdad es que me ha gustado mucho. Yo imaginaba que era una tontada, sólo para pasar el rato, porque eso de meter a un futbolista famoso en una película... (y también porque alguien de quien me fío me dijo que ésta no era ni mucho menos una de las mejores pelis de Loach).

Pero me ha sorprendido gratamente. No es una peli sobre fútbol, sino sobre la tristeza, el miedo, la amistad, la soledad, las dudas, el amor...

Y es que yo, siempre que tengo algún problema o algún dilema, me planteo qué haría mi ídolo (Eduardo Galeano) en mi lugar. Muchas veces no encuentro respuesta... pero es cierto que a veces me ayuda a mantenerme íntegra. Porque queramos o no, la sociedad en la que vivimos incita al egoísmo, al sálvese quien pueda, y a veces una tiene que pararse y pensar a quién quiere parecerse, si a "todo el mundo", o a Eduardo Galeano (del que por cierto se dice una frase en la peli que claro, ha terminado de enamorarme: "En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de religión o de partido político, pero no puede cambiar de equipo de fútbol").

En Buscando a Eric, el protagonista tiene como ídolo a Eric Cantona, así que es a él a quien "pide consejo". El futbolista es lo de menos... al final no es más que una charla con uno mismo, pararse a pensar qué es lo que queremos hacer con nuestra vida, quiénes somos y quiénes queremos ser.

Y es que llega un momento en la vida en que hay que tomar decisiones. Como decía Bukowski "mientras el miedo a los años desperdiciados ríe entre los dedos de mis pies, ninguna mujer vivirá conmigo". El miedo era muy útil en el Paleolítico, para evitar ser comido por un oso, pero hoy día no hay osos que nos vayan a comer por la calle, así que los miedos ya no suelen aportarnos nada bueno. En la peli, el protagonista vive como en el poema, arrepentido por los años desperdiciados y eso le impide ser feliz y seguir adelante. Se lamenta por el pasado y además su presente no es nada alentador, su situación le desborda en todos los ámbitos. Por suerte, y aunque suene cursi, sus amigos siempre están a su lado para ayudarle, por mucho que él no quiera salpicar a ninguno con su tristeza.