Ya es jodido entender a alguien que arrastra las palabras y no vocaliza bien en un idioma que conoces, pero si ese alguien habla con unos giros, expresiones y dejes que te son extraños, por mucho que conozcamos "pibe" "boludo" u "orto", la misión se vuelve francamente difícil. Hasta la media hora larga no conseguí dejar de pensar ¿qué coño están diciendo? No culpo a los actores, eso que quede claro; pero la situación hace difícil meterse en el meollo del relato y disfrutar de la película. Dicho eso, no podía ser de otra manera con intérpretes argentinos: es lenta, pausada, como el acento porteño; con una música que adormece ayudado por el susurro de los actores. Bien la historia, con buen uso de al idea de la cadena perpetua y de poder vivir o no una vida sin nada. Cada uno tiene un "algo": la esperanza de un amor o la confirmación de una venganza.