Catedrales para la gloria de Dios. A la vista del argumento de la novela, no creo que Dios ni siquiera se acerque de visita... La ambición del poder civil, religioso y militar, es un aliciente demasiado poderoso para que el ser humano deje a un lado cualquier sentido de ética o de humanidad. Los más culpables son los que hablan en el nombre de Dios, los que dicen representarlo. He leído críticas que consideran a la serie un culebrón venezolano... cualquiera que lea la historia sabe que la realidad supera la ficción. Ahora claro que, si no nos gusta la lectura ni la investigación, si preferimos las ediciones de El Gran Hermano, desde luego tampoco nos gustará ésta historia. La edad media fue un período oscuro y sucio que se retrata muy bien aunque sea limitadamente en la miniserie. Pese a todo, vivieron grandes personajes de la política y de las artes que dejaron un gran legado para la posteridad. Una maravillosa novela y una estupenda serie.