Statham: con la Iglesia has topado. No te faltaba sino eso. Da igual que haya más química entre Bob Esponja y Calamardo que entre tú y Sor Cristina: aquí nadie se entera de lo que el director quiere transmitir con su liosa historia, ni existe profundidad ni solidez capaz de insertar todas las piezas del rompecabezas piscológico de manera adecuada.

Alguien por ahí dice que es original la idea, pero falla la ejecución. Esta monja con muchos pecados a sus espaldas sí que necesita una ejecución: me he fijado que ni siquiera aparece su nombre (es la actriz polaca Ágata Buzek) en el reparto que pone Filmaffinity, pese a que es coprotagonista de la historia.
Esta manera de obviar su interpretación no es lo peor que se le puede hacer al film; lo peor es verlo creyendo que va a valer la pena la experiencia.

Y es que Statham quiere demostrar que no sólo sabe luchar,sino que también sabe hacer un personaje torturado por los recuerdos y con profundidad dramática. El problema es que ha equivocado el director, la historia, y el resto de los protagonistas. Tan sólo cambiando eso podríamos decir que se haría otro film con una historia original bien abordada y con un montaje que no sea de un novato de academia. La fotografía y las escenas de acción (no va por ahí el film, sino como un drama, no es un thriller, están avisados) tienen cierto empaque y decencia, pero el resto son sólo carencias.

El cine con monjas siempre es un gran riesgo. Ponerlas frente a la carnalidad es una tentación enorme, por el contraste, pero se trata de arenas movedizas que al descuido te engulle y te hace caer en el ridículo o la desatención del espectador más bondadoso, que es justo lo que ha ocurrido aquí.

Dos personajes bien distintos en busca de redención, pero es el director el que ha de buscar nuestra redención despues de dejarnos más fríos que un cubito de hielo con su historia.
Ofrece (o pretende) ofrecer mucho, y al final da muy poco y sin sentido. Abstenerse los que no sean fans extremos de Statham, serán seguro decepcionados.