Hacía mucho tiempo que no me tiraba a la piscina de la crítica , pero Carrie es una especie de Diosa para mí, es como mi alter-ego femenino si en otra vida pudiera reencarnarme o si alguna vez lo estuve no tengo duda que fui mejer y me llamaba Carrie, no está Carrie desde luego, sino la de mirada demoniaca y oprimida por su madre, la que necesitaba de una defensa perenne en la escuela y la Carrie que despertaba compasión, ternura y autoprotección, una Carrie con muy mala leche y con un odio incontrolable cuando ya lo has dado todo por perdido y solo el odio es el espejo de tu propia alma.
Si es verdad que sabia un poco lo que me esperaba cuando me dijeron “remake de Carrie” y aun en contra de mis propios ideales y a favor de una buena compañía decidí verla para pasar un buen rato, a lo que vamos.
Los personajes aparecen vacios insulsos, solo destaca y saca un bien raspado Julián Moore en el papel de la madre, donde la caracterización es su gran aliado, los demás como que me dejaron igual, ni la mala te transmite odio ni Carrie pena ni la profesora sentimiento de responsabilidad ni es abanderada de los valores humanos, dicho esto poco queda, bueno si quedaba algo, que me sorprendieran con un final apoteósico con efectos especiales sorprendentes un buen baño de sangre y ese sentimiento que sentí en mi otra vida de : soy Carrie me importáis una mierda y soy los 7 jinetes de apocalipsis reencarnados y desencadenados en uno solo.
La salvo de la quema con un 6 por que la puesta en escena mantiene un aire retro que solo rompe la aparición de un móvil y un par de ordenadores, sino ni me entero de la época en la que transcurre la historia y me acomodo en la visión de la cinta.

Lo siento no!, me quedo pensando buscando algo y me digo, no soy justo, no la salvo de la quema la cae un 5