En los tiempos aquellos de la Guerra Fría existió la posibilidad cierta de que un conflicto nuclear entre las dos superpotencias llevase a la extinción total y prácticamente inmediata de la vida humana (bueno, y la de otras muchas especies, pero lo de la humana era lo que nos tocaba más de cerca). Pudo haber sucedido. Posiblemente estuvo a punto de suceder, quién sabe. El caso es que la conciencia de esa posibilidad dio lugar a toneladas de canciones, películas, novelas, cómics, etc.

En el caso de "Cuando el viento sopla", primero fue cómic y luego película de animación que mezclaba dibujos animados de los de toda la vida con animación en "stop motion" e imágenes reales, un estilo que ahora puede parecer anticuado pero que entonces era de vanguardia y que a mí me sigue gustando. La banda sonora, muy ochentera en todo el sentido de la palabra, no me convence tanto, pero habrá a quien sí le guste.

La historia que nos cuenta es la de un matrimonio inglés de cierta edad que intenta protegerse de un ataque nuclear soviético siguiendo los absurdos consejos de unos folletos gubernamentales. El retrato que se hace de ellos combina ternura y acidez: son entrañables, sí, son sencillos y buena gente, pero también tienen una confianza borreguil en las autoridades y unos criterios de la realidad disparatadamente simples e ingenuos...una forma de ser y de pensar por otra parte muy frecuente, y de lo que no faltan ejemplos ni en la historia ni en la actualidad. He leído en otras críticas quien se queja porque la mujer se preocupe de las cortinas sucias en pleno apocalipsis nuclear, o porque el paso del tiempo les haga a los dos recordar como algo bonito su juventud durante la Segunda Guerra Mundial, pero esos detalles, si uno lo piensa un poco, son los que hacen realmente humanos y creíbles a los personajes. Y si nadie ha conocido una paisana que se preocupa por la limpieza de la muda en un accidente o un paisano que dice que con Franco se vivía mejor, es que vivimos en países distintos. O que algunos se pasan la vida en un búnker.

El caso es que, lógicamente, el ataque nuclear se produce, y ya no se nos muestran los precarios preparativos del matrimonio, sino los efectos de una guerra nuclear, abandonando poco a poco el humor algo socarrón de los primeros cuarenta minutos para ir tomando un tono bastante más áspero y desolador.

Dado que es inglesa (muy inglesa, de hecho) podríamos decir que empieza como un tema de los últimos Clash y termina como una canción de Amebix. Por ejemplo.