No deja de ser curioso que la primera incursión europea en el cine de zombis "al estilo Romero" la dirigiera, aunque fuese en comandita con un equipo en gran parte italiano, un Jorge Grau que se adelantó así varios años a la fiebre del "spaghetti zombie" que vendría después de la mano de Fulci, Margheriti, Mattei y otros charcuteros transalpinos.
Y además de hacerlo antes que otros, lo hizo francamente bien: la diferencia de esta película con lo habitual en el cine de terror español de la época es abismal en casi todos los aspectos, de hecho no llega al nivel de la original romeriana pero resiste bastante bien la comparación y no le envidia nada al 90% de los filmes de terror ingleses o estadounidenses de la época: buenas interpretaciones, impecable puesta en escena, buenas escenas gore, momentos de suspense convincentes...como "La noche de los muertos vivientes" tiene su punto de crítica social (tanto en el mensaje ecologista como en la relación entre el hippie y el policía) y un final que no deja indiferente. Tarda un poco en arrancar, es verdad, pero cuando empieza lo interesante ya no baja el ritmo en ningún momento.
Muy recomendable.