¿Qué champú anticaspa ni qué ostias? Si tienes problemas de caspa y estás harto de sacudirte las antiestéticas escamillas de los hombros, un buen zambombazo y adiós problema. Adiós hombros y cabeza también, claro, pero el que algo quiere...

Quinta de las películas en las que el amigo Charles interpreta al justiciero Paul Kersey, cuya novia es atacada (otra vez...¿pero cómo hay mujeres que todavía se le arriman?) por unos facinerosos, obligando a nuestro héroe a ponerse a eliminar criminales varios una vez más. Ni el actor ni la saga en sí misma estaban ya para muchos trotes, el presupuesto es más que modesto (y se nota), y la fórmula ya da síntomas de agotamiento, finalmente es la misma historia desde la ya lejana "El justiciero de la ciudad" y el asunto no da más de sí. La dirección, a cargo del tan Goldstein este que solo es conocido en su casa a la hora de la cena, es bastante chapucera, y los giros del guión son más previsibles que los debates del "Sálvame". Se salva de la quema por su evidente falta de pretensiones, por el carisma de Charles Bronson y por unas escenas de muertes todavía más rebuscadas y macarriles que en las películas precedentes. Y por el tratamiento anticaspa, claro.

Para pasar el rato tiene un pase.