Los perpetradores de la saga que empezó su andadura con el lanzamiento de esta cinta allá por mediados de los 80 en Japón hicieron uso de un recurso comercial que ya habían usado antes con éxito otras cabezas pensantes del cine gore como Ruggero Deodato con "Holocausto caníbal", es decir, dar a entender que las atrocidades que se veían en la película eran reales y procedían de una grabación perdida y encontrada por ahí. Dicha cinta mostraría las torturas y humillaciones a las que varios jambos someten a una chica. Por supuesto (y por suerte) era mentira, pero con el cuento la película y sus secuelas llamaron la atención y se fueron moviendo por los circuitos underground de cintas de vídeo piratas y similares. De hecho, su impacto fue tal que acabaron dando lugar, ya no solo en Japón sino sobre todo en Occidente, a una moda de "películas de torturas" que duró hasta hace muy poco (si es que no sobrevive todavía) y que no ha dado lugar a muchas aportaciones interesantes que digamos.

De todas formas, plémicas y leyendas aparte, la película que nos ocupa es una basurilla sin ningún punto de interés: es larga pero se hace corta, no tiene guión ni historia ni cosa que se le parezca, el aspecto visual es tan tosco que apenas se distingue nada (tampoco es que haya gran cosa que ver, pero bueno), supongo que para que pareciese más "real"...si eres una persona más bien sensible, te repugnará, y si no lo eres tanto, te aburrirá.
Vamos, que tanto los más sensibles como los menos os la podéis ahorrar.