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España España · Sevilla
Voto de Zúmer:
8
Drama En 1941, Barton Fink viaja a Hollywood para escribir un guión sobre el luchador Wallace Berry. Una vez instalado en el Hotel Earle, el guionista sufre un agudo bloqueo mental. Su vecino de habitación, un jovial vendedor de seguros, trata de ayudarlo, pero una serie de circunstancias adversas hacen que se sienta cada vez más incapaz de afrontar su trabajo. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta interesante sentarse a conocer las primeras películas de los hermanos Coen, relativamente desconodidas al menos en comparación con verdaderos mitos populares como el Gran Lebowski, Miller's Crossing o Fargo. En esta tan autorreferente Barton Fink -gracias, distribuidoras, por abstenerse de títulos alternativos o subtítulos sugerentes- tenemos la mejor versión de los Coen: mordaces, pintorescos y fabuladores.

Pienso que en los Hermanos Coen se dan los dos componentes fundamentales del cine: potencia visual y buen material retórico y argumental. Barton Fink se vale, efectivamente, de una historia sencilla pero tratada con verdadera inteligencia, y es que el texto de Joel y Ethan Coen es fino y rico en matices. Y en cuanto a la dirección, como decimos, Barton Fink está plagado de buenas y grandes ideas visuales.

Barton Fink es un escritor ceñudo y celoso de sí mismo que es contratado en Hollywood y hace el viaje East Coast - West Coast. Allí se desmontará a sí mismo y desmontará buena parte de los mitos de cuna de todos los dramaturgos. Atrapado en un extraordinario bloqueo creativo, los hechos no paran de sucederse a su alrededor pero Fink, incapaz de escuchar, no consigue 'recrearlos' en su obra -pues éste es el mecanismo de acción de todo creador-.

John Turturro, como gran protagonista, sostiene con su pintoresca presencia gran parte del peso de la película y sale bien parado. El resto del reparto contribuye también con mucha solvencia a completar el capítulo de actuaciones, incluido Goodman, pero en Barton Fink el personaje más importante probablemente no sea de carne y hueso. El hotel donde Fink se hospeda y donde trabaja toma total protagonismo y parece casi respirar y latir con toda su organicidad. Los Coen dan gran protagonismo al escenario y al espacio, encomendándole la labor de construir tanto descriptiva como narrativamente el concepto visual de la película.

En definitiva una película de gran interés, llena de propuestas, ideas y logros. Cinematográficamente Barton Fink se lanza con curiosidad a un cierto desvarío en su tramo final, en una suerte de alucinación del escritor, pero no importa mucho porque el tono caricaturesco de los Coen permite este tipo de licencias. En síntesis Barton Fink recoge buena parte del universo de tribulaciones del escritor, sus mitos, fobias y torturas varias, tema que también explorará, con mismo éxito, cintas posteriores como Balas sobre Broadway.
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