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España España · Barcelona
Voto de Terokkar:
5
Fantástico. Aventuras. Thriller Cumpliendo con su amenaza, Grindelwald escapa de su custodia y ha comenzado a reunir seguidores, la mayoría de los cuales no sospechan sus verdaderas intenciones: alzar a los magos purasangre para reinar sobre todas las criaturas no mágicas. En un esfuerzo por frustrar los planes de Grindelwald, Albus Dumbledore (Jude Law) recluta a su antiguo estudiante Newt Scamander, quien accede a prestar su ayuda, sin conocer los peligros que ... [+]
19 de noviembre de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé por donde empezar pero sí cuándo una película es un pestiño. Yo venía a ver otra entrega del universo de Harry Potter y me han dado un cagarro mal hilvanado de media tarde en Antena3, sólo que con CGI en vez de planos agresivos (de hecho, me he creado la cuenta precisamente a raíz de verla para poder criticarla, de lo mala que me ha resultado).

Visualmente es maravillosa, cada continuación de HP es un derroche de mitológica imaginación y más teniendo en cuenta lo que cuesta eso en unos tiempos donde ya todo está inventado; pero ese factor no puede remediar un hilo argumental con multitud de escenas sobrantes, que a menudo consisten en dramas sobre cosas que pasaron en tiempos de Maricastaña y de personas que no te dicen nada, o en gracietas de un típico personaje de las de serie B, que se ha acoplado para quedarse y que no nos lo quitamos de encima ni con agua caliente:

El amigo-aliado campechano anormaloide que produce gags como un elefante entrando en una cacharrería. Hablo de Jacob, gordo patoso de turno. Su mujer, Queenie..., creo que la línea entre inocencia angelical y bobería empalagosa no es tan fina ni imperceptible; con Luna lo lograron, con ésta te da la sensación de que la dejas sola en la calle y la termina palmando*.

Porque los personajes son probablemente lo más equivocado. El impronunciable Newt tiene sólo dos registros: "¡cómo me impresiona lo que estoy viendo!" (y ahí entran los nombrados animales fantásticos), "¡oh, qué pena lo que no estoy viendo!" (la ausencia de Porpentina aka cerapio en adrenalina: no inspira nada ni por facciones ni por actos, tiene la personalidad de un zapato). Grindelwald nunca se lo deberían haber dado a Johnny Deep, que está mucho más acostumbrado a interpretar a locos cómicos pero no a locos intimidantes; además si algo representan los mortífagos (en esta entrega lo dan menos sutil que nunca, es todo muy masticado) son los nazis o grupos afines como el viejo KKK y sus caperuzas en "El Cáliz del Fuego".

Y Deep es un hombre con ascendencias mongólidas (cherokees), motivo por el que encaja tan bien en papeles indios pero resulta extraño haciendo de blanco. Los Malfoy son un ejemplo bien pensado; muy pálidos, rubicundos y de rasgos afilados, igual que lo era Grindelwald en Azkaban en su reencuentro con Voldemort. Con pinta de alemanes, vaya, sin necesidad de forzar las cosas. Y sin embargo a Deep le han caracterizado como un marujo estrambótico con un peinado tono lejía, que en su escena final parece que va a dar un concierto de la movida más que un discurso.

Las mascotas del prota, como ese que es una especie de tallo viviente que se refugia en el bolsillo de su chaqueta, puede ser simpático, pero cuando lo aprovechan tantísimo queda claro que es un sujeto creado con el único propósito de hacer merchandising para los niños. Dumbledore es una decepción. Es un personaje tan querido e importante que los guionistas han tenido con él la parálisis del análisis, o lo que es lo mismo: le han reducido a frases rimbombantes de anuncios de colonia porque no sabían qué hacer con su papel, no tenían ni idea de qué hacerle decir y que eso fuera digno de él. El único personaje con algo de interés es Nagini, al verla como una humana que sin tener demasiadas líneas, por lo menos tiene carisma. La tal Leta Lestrange es irrelevante, si le extirpas su trama no pasaría absolutamente nada. Credence es un Mary Sue. Etcétera. No sé, Rick.

El ritmo sólo funciona cerca del desenlace. Además de tener otro problema muy recurrente en precuelas y secuelas, que es el no establecer su propio mundillo con éxito sino tirar cansinamente de la nostalgia con otras entregas; lo máximo a su favor en ese sentido es la escena nocturna del "¿Callejón Diagón francés?". Ya que la mayoría suele ser un "esto ya lo he visto". Digamos que se nota que la película parte de un guión pensado para ella, y no de un tocho literario mucho más rico, como ocurría con las otras. Como que no tiene demasiado de lo que sacar: la mayoría de espectadores notarán que bastantes escenas están para rellenar minutos. O quizá sí había una gran historia detrás, pero como con "El Hobbit", la avaricia les ha llevado a repartirla en tres películas de dos horas cada una, poniendo la carne en el asador para la última. No podemos saberlo, pero entre tanto, quede recomendada para (muy) fans de la saga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Terokkar
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