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Voto de nico:
10
27 de julio de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta breve y franca frase puntualizo mi sensación por este inmortal clásico. Un verdadero y indiscutible primer episodio en la sobresaliente secuencia de historias y películas rodadas en la carretera. El genial género del “road movie”, que con este primer paso que supone esta cinta, vivió a su vez uno de sus puntos álgidos.
Las interpretaciones (destacando los secundarios, desde la olvidada Estelle Parsons hasta el imberbe Gene Wilder), la música (con un genuino banjo que todo lo inunda), el tecnicolor (nunca superado), el vestuario (con una sucesión de modelos estilísticos que envuelven la delicada figura de Dunaway) y la premiada fotografía (con un plano panorámico de los protagonistas arrodillados en mitad del campo que jamás olvidaré) son prominentes y destacables.
Esta película es un referente contemporáneo. Supuso una justificable revolución, por su seca, cortante y directa violencia. Mostrando secuencias pioneras, que dieron lugar a una ruptura total de lo establecido previamente. Esta cinta consiguió una libertad moral sin precedentes, permitiendo recorrer un nuevo camino a seguir. Un camino en el que no necesariamente el espectador deba identificarse con el héroe protagonista. Así esta huida hacia la perdición refleja detalladamente la libertad potencial, con una pareja que vive haciendo lo que le place hasta que los dejen. Todo empapado con una acción y una violencia que se percibe como un fin, no como un medio cinematográfico.
Este periplo nihilista y empático es un pilar audiovisual que debe verse y disfrutarse, no una, sino varias veces.
Las interpretaciones (destacando los secundarios, desde la olvidada Estelle Parsons hasta el imberbe Gene Wilder), la música (con un genuino banjo que todo lo inunda), el tecnicolor (nunca superado), el vestuario (con una sucesión de modelos estilísticos que envuelven la delicada figura de Dunaway) y la premiada fotografía (con un plano panorámico de los protagonistas arrodillados en mitad del campo que jamás olvidaré) son prominentes y destacables.
Esta película es un referente contemporáneo. Supuso una justificable revolución, por su seca, cortante y directa violencia. Mostrando secuencias pioneras, que dieron lugar a una ruptura total de lo establecido previamente. Esta cinta consiguió una libertad moral sin precedentes, permitiendo recorrer un nuevo camino a seguir. Un camino en el que no necesariamente el espectador deba identificarse con el héroe protagonista. Así esta huida hacia la perdición refleja detalladamente la libertad potencial, con una pareja que vive haciendo lo que le place hasta que los dejen. Todo empapado con una acción y una violencia que se percibe como un fin, no como un medio cinematográfico.
Este periplo nihilista y empático es un pilar audiovisual que debe verse y disfrutarse, no una, sino varias veces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Dos secuencias para destacar en este espacio reservado. El célebre y mitológico final; y esa ocre y siniestra narración del encuentro de Bonnie Parker con su madre y su familia. Misteriosas y eternas.