Cuando una cinta te llega a las entrañas y te remueve el alma de esta forma, considero que son palabras mayores... porque es capaz:
de llenarte de odio y ternura a la vez
de erizarte la piel y aguarte los ojos durante gran parte de la película
de removerte las entrañas, reventarte el corazón y vomitarte encima
de hacerte sentir esa extraña sensación que sólo genios como Von Trier son capaces de hacer, esa sensación que hace que el cine sea pura magia y que con ella toques el cielo y el infierno en un minuto
de hacerte reflexionar sobre dos de los conceptos más complejos como son "Dios" y "amor" y reducirlos a unos límites tan terrenales que llegan incluso a parecer nociones fáciles
de señalarte el CAMINO...

dulce compañía, no la dejes sola, que se perdería"