En 76 minutos, Villeneuve remata con su particular estilo seco y directo la mascare ocurrida en 1989 en la Escuela Politécnica de Montreal, donde un chaval armado acabó con la vida de 16 personas antes de dispararse a sí mismo, con una peculiaridad: su objetivo eran únicamente las mujeres, puesto que, según en la carta que dejó escrita dirigida a su madre, el feminismo tenía la culpa de todos sus males, con una serie de argumentos misóginos que aunaban fanatismo, intolerancia y frustración (y que no andan muy lejos de los de las organizaciones fascistas que desgraciadamente nos asolan). Si a eso se une que el joven disponía de armamento adquirido de forma legal, podemos concluir que la lió parda.

Como digo, la película es un prodigio narrativo, prácticamente con ausencia de diálogos, con una exposición detallada del costumbrismo de la escuela, de como un elemento tan discordante en ese ambiente como un atronador disparo puede silenciar el estruendo y el bullicio de un día cualquiera en una cafetería repleta de estudiantes (esto resulta especialmente impactante para cualquier que conozca este ambiente, con unos efectos de sonido muy eficaces).

Tremenda historia, muy bien resuelta con un inteligente juego de flashbacks, con el habitual tratamiento de la violencia por parte de Villeneuve (Incendios, Prisioneros, Sicario) exponiendo los hechos de forma realista pero sin recrearse en la masacre, tomando la precaución de alejar la cámara con cierta consideración en momentos puntuales y utilizando un muy discreto blanco y negro.

6 años posterior a "Elephant" de Gus Van Sant, que narra los hechos ocurridos en el instituto Columbine.