Histriónica, gritona, llena de tics y con los ojos más terriblemente expresivos de los últimos años del cine español, el festival de despiporres es justo lo que necesitaba ese papel y esa película que ojalá haga un taquillón estas Navidades porque se lo merece. Sí que es fácil acordarse de Misery, pero situar la trama en los años cincuenta españoles, un reparto de lo más apropiado y ajustado y sobre todo, un guión hecho de la maquinaria con la que el tiempo vuela, hacen el resto. No te pierdas este prodigio que lo vas a disfrutar, si es que se puede hablar de disfrute con esta peli. Bueno sí; ver sufrir a Hugo Silva siempre es un disfrute.