Al cantante de cantantes le hicieron un homenaje empeliculando sobre su vida y su obra que, lamentablemente, se le fueron las luces ya que no se hizo una investigación exhaustiva y cabalmente sino que se limitó a dar imaginativa, por no decir, que sólo hicieron ficción y dramatismo alejando poco a poco la música con la que Hector Lavoe lo construía a pulso.

Por los protagonistas empiezo a tocar a la que fue en su momento tanto en la película como en la vida real Marc Anthony y Jennifer López que les faltó química -aclaro una vez más que fue en la película- y la actuación bastante destemplada. La fotografía como en la caracterización estuvo paupérrima por lo que se quedó en expectativas.

Ni hablar de los diálogos cojonudos y las constantes pérdidas de ritmo de la historia medio compensada con la música orquestada por Marc Anthony que ya lleva veintipuchos años en la música salsera y que ha logrado muchos premios habidos y por haber, contrastada con su vida privada, complementando con un disco en el 2007 destacando varias de sus canciones, más bien, y afortunadamente, era un relleno musical en la que se encartó; pero comprendió oportunamente que Héctor Lavoe no hay sino uno y regresó a lo que venía haciendo desde siempre y Marc Anthony es único e irrepetible, punto.

Por consiguiente, no debieron homenajearlo de esa manera y más si hubo tremendas falencias en todos los aspectos mencionados, y que pena si fue a grosso modo; pero hay que entender que por más vergonzoso o maravilloso que haya sido el personaje nadie está exento en cometer errores y ojalá oportunamente se debe corregir los errores para que éstos no se repitan a futuras generaciones.