Cada gran ciudad tiene su gran director. Roma Fellini, Oporto Oliveira, Barcelona Ventura Pons... y Madrid Garci. Pocas películas igualan la maestría de "El crack Cero", donde Garci parece homenajear no solo al séptimo arte, sino a una forma concreta de hacer cine, a la Madrid efervescente y antigua, a una forma de entender la vida. Una película dotada de atmósfera, de un guión excelente y de una historia clásica de cine negro. Actores que actúan con naturalidad y épica, escenas para la historia del cine español. José Luis Garci realiza la que para mí es su mejor película, por evocar en ella todas las demás, por ser un homenaje sin renunciar a tener vida propia y por saberse a sí misma como gran película. Injustamente olvidada en los premios, puede representar una forma que hoy día puede considerarse outsider. Nada más clásico, ni más auténtico que este viaje a la nostalgia de la mano de Garci. Una historia donde los buenos y los malos están muy claros y donde lo que se dice, y lo que no se dice, queda filmado como en las grandes películas del Hollywood dorado.