Serie didáctica en cuanto al significado de una secta, con un excelso Jude Law, rebosante de credibilidad. Es cierto que la serie sabe cómo atraparte: reparto brillante, fotografía de calidad, paisajes casi oníricos y una leyenda intrigante. El gran problema es que la serie queda demasiado encorsetada al argumento y todo el arte que posee queda sometido a este. En la versión corta de los 6 capítulos se echa en falta el desarrollo del comportamiento de la secta, pues esta parece algo al margen, algo que no termina de instalarse en nuestras pantallas.

Pero las consecuencias físicas y psíquicas en el personaje de Law, que sabe cómo interpretar las heridas físicas, las barbas o el desaliño, mantienen en todo momento la serie.