Una de las novelas que más pavor dan, la escrita por Carrère, es aceptablemente adaptada, en parte, por la interpretación e introspección psicológica de Auteuil, que consigue instalar un cristal entre él y el resto del mundo y, de la misma manera, por la atmósfera de la música de Badalamenti, que retrata el preámbulo de la inminente tragedia con sutileza. No pasará a la historia si es comparada con el libro, pero verla enriquece la lectura de este.