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Voto de Tiempo de Pochoclos:
9
Terror Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Cuando el hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros: un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2016
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace más de un año "La Bruja" viene recorriendo festivales a lo largo del mundo, y recibiendo más que críticas positivas en un género venido a menos donde las buenas películas de los últimos años, prácticamente se pueden contar con los dedos de las manos. Rozando lo reciente y para no extendernos demasiado, podemos citar a “El Conjuro” y “Te Sigue”, dos de las mejores películas de terror de los últimos años, aunque con paradigmas muy diferentes. "El Conjuro" con una representación más clásica del género, mientras que "Te Sigue", con la aparición de una metodología distinta a lo visto hasta el momento, con un fuerte respaldo psicológico, pero como todo lo nuevo, si bien se destacó el film, tenía sus flaquezas en otros puntos. Hoy, y ya la mencione anteriormente, llego "La Bruja" a nuestras salas, bajo un tráiler engañoso, que apunta a un producción distinta, nos encontramos con un film que continua profundizando el paradigma de "It Follows", aunque con ciertas mejoras, así que prepárense para que les exploten las neuronas.

De la mano de Robert Eggers, que decide hacer su salto a los largometrajes, nos llega una historia de una familia numerosa, Padre, Madre y 5 hijos (divididos generacionalmente), cada uno con mayor o menos preponderancia, que por diferencias ideológicas con los representantes de la colonia en la que habitan, deben irse de la misma. En medio del 1630 en Nueva Inglaterra, claramente alquilar una habitación en un hotel no era una opción viable, por lo que instalan su granja en un terreno aislado socialmente frente a un bosque, que esconde algo más que bonitos conejos, ambiente más que fructífero para cualquier film de terror y tan utilizado en la vieja escuela del género.
Con una introducción lenta, pero cargada de acontecimientos y acompañada de un muy buen guion con gran cantidad de referencias bíblicas, al igual que el film, podemos ver las relaciones en la familia fortalecerse y resquebrajarse constantemente ante la opresión de “algo” que habita a sus alrededores, a veces frente a sus ojos, pero que es imperceptible frente a ellos, con una ceguera increíble por momentos, teniendo en cuenta sus creencias, y que llega a su estado de sumisión, como se espera, cuando es demasiado tarde, logrando a lo largo de esto una transformación en los protagonistas que por momentos es lenta y en otros casos demasiado rápida. Este mismo ritmo que proporciona el paradigma, con una introducción lenta y un desenlace rápido y continuo, logra mantener al público en la incertidumbre sobre las dudas que se generan constantemente a lo largo del film y que pueden ser reveladas, lamentablemente, rápido para quienes tengan amplio conocimiento de la biblia y a su debido tiempo para quienes no, aunque no arruinaran la experiencia de un final a todo bombo y platillo que nos hará terminar de explotar el cerebro con una de las mejores películas de terror psicológico de los últimos años, que hasta se hace lugar para un par de líneas de comedia, sustos de salto de butaca y escenas tan fuertes y crueles que nos dejaran atónitos.

Pasando a un plano más técnico, pero no menos importante, la producción es digna de apreciarse. Si bien casi en su totalidad se desarrolla en el mismo ambiente rural con un gran parecido a la película “La Aldea”, el nivel de fotografía, vestimenta y peinado es algo realmente a destacar del film, con una más que satisfactoria adaptación de la época, basada en leyendas, libros o mitos urbanos. Otro punto interesante, y que también le da un giño a la vieja escuela, es el uso de una banda sonora plenamente instrumental, cargada de sonidos graves y voces de ultratumba, logrando con el pasar de los minutos un ambiente espectacularmente inhóspito, no solo para los protagonistas sino también para el público, y es ahí un punto clave para este nuevo paradigma del género.

"La Bruja" sale de lo cotidiano y la blasfemia de las especuladoras producciones de bajos y repetitivos recursos que apuntan a un público ya conocido, que no menciono para no entrar en debate, logrando llegar al espectador nato del género, y que sabe apreciar la calidad artística de un film que engloba la importancia del mismo en un “todo” y no en aspectos individuales, haciendo tambalear el reinado, justificado, de James Wan de los últimos años. Una auténtica joya.
Tiempo de Pochoclos
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