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España España · mataro
Voto de xoxeinha:
1
Drama Ángel (Ovidi Montllor) es un cazador furtivo que vive en un bosque con su madre (Lola Gaos), una mujer tiránica y violenta. En uno de sus escasos viajes a la ciudad, conoce a Milagros (Alicia Sánchez), una chica que ha huido de un reformatorio y que es la amante de un delincuente llamado El Cuqui. Ángel la protege y la lleva a su casa. La animosidad de la madre hacia Milagros, así como la atracción que Ángel siente hacia ella desembocarán en un drama. (FILMAFFINITY) [+]
10 de abril de 2008
88 de 171 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para quien no conozca los antecedentes de este simpático abuelito que tanto nos insiste en el civismo y el respeto a los demás, os comento que Jose Luis Borau es el mismo que dirigió la película 'Furtivos' en la que, para rodar una escena en la que un personaje maltrataba a un perro, se le ocurrió la brillante idea de que todo quedaría más realista si simplemente cogían un perro y lo apaleaban de verdad hasta la muerte.
Y ni corto ni perezoso, así lo hizo, con la inestimable ayuda de la actriz Lola Gaos, que recibió el honor de ejecutar esta escena tan entrañable de nuestro cine.
Algunos facinerosos, al ver la película, calificaron aquello de brutal y terriblemente cruel. E incluso tuvieron la desvergüenza de decir que un verdadero director de cine habría sabido representar lo mismo sin hacerle nada malo a ningún animal.Podemos remitirnos a la gran escena de la muerte del gallo en "Espejo" de Tarkovsky,pero claro Tarkovsky es quien es y Burau no tendrá jamás esos recursos,pero, ¡qué sabrán ellos del encanto estético y talento que reside en el arte de hacer sufrir a un ser vivo hasta acabar con él!
Además, el amable señor Borau, esta bellísima persona que enamora a todo el que tiene enfrente, les argumentó con gran sabiduría, que habían tenido la consideración de drogar al perro previamente al rodaje. Y que los llantos y aullidos del animal durante toda la escena, y sus desesperados intentos de escapar o lograr que se apiadasen de él, se debían tan solo a que el perro era un gran actor.
Además, menudo blandengue debía ser ese perro para quejarse tanto solo porque lo estuvieran matando por capricho, no como el valiente señor Borau, que jamás se pondría a gritar como una nenaza si se tropezase en un museo o algo por el estilo.
¡Qué magnifica persona y qué grandes lecciones de la vida nos ofrece el señor Borau!'
xoxeinha
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