No le pongo un 10 porque considero que es totalmente imposible plasmar en un documental, película o libro lo que se experimenta con la ayahuasca. Es inútil que nadie lo intente porque, como acabo de decir, no hay ni palabras, ni sonidos, ni imágenes suficientes para definir o transmitir tan personal, profunda e introspectiva experiencia. No es solo en lo que "se ve", sino en lo que "se siente" antes, durante y después de la toma de ayahuasca donde está la clave. Es un viaje que no se puede reflejar por ninguna vía más que viviendo la experiencia en las propias carnes y, sabiendo, que la historia de cada persona con la planta es distinta, ya que esta le da a cada uno lo que necesita en cada momento. Es magia, es un enigma, es la sabiduría de la madre tierra y del universo. Y lo digo con conocimiento de causa, ya que hace tan solo tres semanas fui protagonista de una ceremonia con la planta maestra y comencé mi viaje iniciático con ella. Aprovecho la ocasión para dejar muy claro, y decirlo en voz alta, que este tema debe tratarse con mucho respeto. Respeto a tan ancestral maravilla de la naturaleza y a los maestros que han mantenido este tesoro. Hay que honrar mucho a la planta antes y después de tomarla. Hay que hacer una dieta especial, limpiar el organismo con anterioridad, ponerle intención (qué se desea de ella, qué se quiere obtener, sanar, aliviar o encontrar con esta medicina). Este es un viaje de crecimiento personal, un periplo hacia los confines de uno mismo para ver la luz al final del túnel y unirse a ella. Esto puede ocurrir antes o después de todo el proceso que es muy personal y único y puede ser con una toma, con dos, o con las que haga falta dependiendo de varios factores. Y digo esto porque me da pavor ver la rapidez con la que se está difundiendo y lo que se puede llegar a distorsionar tal regalo de la naturaleza.

Por último, en esta película/documental me ha emocionado y conmovido la historia del joven y hay imágenes realmente bellas e incomparables.