Es un tío arriesgado, pero cuando quiere, Kitano se para a pensar y realiza películas crudas, directas, obvias y sin agujeros. "Brother" es una de ellas, y junto a "El verano de Kikujiro", su mejor obra a mi juicio. Sí, no he visto demasiadas cintas de su filmografía, pero "Sonatine" mismamente me parece mucho peor que ésta, y "Zatoichi" se va al traste con su final surrealista.

El caso es que "Brother" es la historia más vieja del mundo, pero desde un prisma que sólo un japonés como Kitano podía explorar. Mezclando inglés, japonés e incluso en varios momentos español (latino) e italiano, es IMPRESCINDIBLE verla en V.O. para entender los matices de la cinta y dar cuenta de las cuidadísimas interpretaciones no sólo de los habituales del director (Susumu Terajima), sino de los "descubiertos" aquí, con un brillante Omar Epps a la cabeza.

La historia sigue así: Kitano es un gangster en Japón, pero por una razón debe irse a los Estados Unidos para salvar su vida. El caso es que allí tiene un contacto, su "hermano", que es un traficante de poca monta. Tras equis conflictos, Kitano decide convertir a sus nuevos compañeros en algo más, montar un negocio y dominar la ciudad. Es decir: llevar la Yakuza a Nueva York. ¿El resultado? Vibrante.

Todo está cuidado al extremo, desde las ya mencionadas interpretaciones, hasta la sublime fotografía y el guión, sencillamente genial, terminando de una forma que ya quisieran mil westerns. Frío, contundente; el que las da las toma, y aquí esto se lleva hasta el extremo. El viaje de auto-destrucción que comienzan los personajes al inicio de la cinta se ve finalmente "recompensado" de la forma más árida posible. Es una cinta violenta, sí, pero gracias a la facilidad de Kitano para hacer humor, negro obviamente, hay momentos en los que es imposible no soltar una carcajada.

En resumen: Brother es una película de gangsters, mafias y yakuzas como Dios manda. Bien filmada, bien interpretada, con una fotografía fantástica y una BSO sublime obra de Joe Hisaishi, habitual de las películas de Ghibli y compositor también de "El verano de Kikujiro". Merece la pena y mucho. Si fuese americana al 100% seguramente tendría decenas de premios, los que irónicamente ahora en 2007 va a llevarse Ridley Scott con su American Gángster, una cinta mucho más convencional.