"Kaiba" es el peor tipo de anime posible, ése que es corto y que se permite el lujo de introducir relleno para posteriormente desarrollar todos los temas en un tramo final tan complicado de seguir como difícil de defender. Los siete primeros episodios son muy potentes, funcionando como una descripción del mundo en el que se desarrolla la historia, uno en el que el cuerpo es un complemento de la mente y donde la muerte (del alma y la personalidad) no existe: si una persona fallece su memoria puede ser trasladada a otro cuerpo, manteniendo las vivencias pasadas... y a disfrutar. Un concepto tan interesante se ve poco a poco engrandecido con diferentes historias de personas que pueblan este universo, como una viejecilla que se niega a aceptar la muerte de su esposo, o una mujer que debe hacerse cargo -a la fuerza- de la hija de su hermana fallecida. "Kaiba" no es una serie amable en este sentido, hay violencia y toca temas adultos en todos y cada uno de los episodios, lo cual contrata con el estilo de dibujo naif y se ve sazonado con elementos de comedia para intentar suavizar un poco las cosas.

El problema es que la fiesta se acaba en el séptimo episodio. En el octavo (que probablemente es el mejor de todos, junto al anterior) las ambiciones se dirigen hacia otro sitio, a cuatro episodios del final de la serie. Y se intentan abarcar mil temas, desde la lucha de clases hasta el abuso de poder, la divinidad, clonación y otro tipo de aspectos que darían por si mismos para una serie entera y que, aquí, están introducidos de forma rápida y confusa. Se llega a un punto de desconexión total: cuando habían presentado a unos personajes se da un salto y los demás dejan de interesar, hay tanto lío de personalidades, cambio cambio de cuerpo, que no se sabe con certeza quién es quién y porqué actúa así. Lamentablemente "Kaiba" se recrea en este exceso y no le sale bien, quizá porque la historia inicial no daba para tanto o simplemente porque Yuasa estaba jugando a ser Hideaki Anno. Poco honesta con el espectador, el cambio de registro se le queda grande al director y la ida de olla se convierte en algo sumamente molesto. Lo cual es triste, porque Mind Game, con ingredientes similares era (es) espectacular.

"Kaiba" no es una mala serie, sólo es una que llega a perder su identidad por jugar a ser algo más de lo que debería. Quiere sentar cátedra, quiere resultar tan fresca para las series anime como lo fueron Evangelion o Serial Experiments Lain en su día, o simplemente quiere repetir el poder de fascinación de sus trabajos previos (Cat Soup, Mind Game). Yuasa no lo consigue. Se queda a medio camino, entregando un trabajo que pierde una barbaridad en tramo final a pesar de mantenerse (en global) como una obra interesante, con ideas pero no resultados del todo satisfactorios. Algo decepcionante, si bien no puede negársele una personalidad propia alejada de los típicos animes de robot, colegialas o superguerreros que lanzan bolas de energía.