Crank da lo que uno se espera. Tiene acción, tiros, escenas descerebradas pero que en pantalla resultan tremendamente entretenidas, tías, tetas, pistolas, mafias, problemas con jefes, y algo atípico: un calvo corriendo durante 80 minutos de lado a lado para frenar un veneno que le han inyectado en el cuerpo mientras dormía. Ajustes de cuentas...

Resignado a morir, se las idea para vengarse de todos sus agresores, atraviesa un centro comercial con su coche, se lo monta con su novia en pleno Chinatown con 300 personas mirando mientras están en faena... No es la típica cinta de acción. Esta es más bestia, más salvaje y más violenta. Aquí los tópicos se juntan de forma que casi nos dan igual: machismo, homofobia...

Las interpretaciones lógicamente no dan para mucho, aunque destacan un alterado Jason Statham que por lo menos cambia de cara de vez en cuando (no como Van Damme, Stallone y derivados), y una Amy Smart que vuelve a demostrar sus registros, esta vez como yonki perdidamente enamorada de su novio. El estilo visual es sobresaliente, mezclando escenas tipo cómic, ventanas rollo 24, desenfoques... ¡y no recuerdo que tenga tiempo bala!.

Total, que por primera vez en mucho tiempo no nos dan gato por liebre. Se nos ofrece una cinta de acción y la tenemos, punto. No pedimos más por que esa no es la idea. No pasará a la historia, pero al menos sí que resulta un aceptable entretenimiento que, de lo absurdo que llega a ser, consigue atraparnos "a ver que hace el tío este". Lástima el final, el protagonista es un tío de lo más carismático que habría dado mucho juego en posibles secuelas.