Grant Heslov demuestra con "Los hombres que miraban fijamente a las cabras" que posee un buen rango de caballero Jedi. Y yo, como un simple padawan, no puedo hacer más que aplaudir y aceptar su película como una de las sorpresas de 2009, un film que pese a su irregularidad, cuando funciona lo hace a lo bestia y provoca carcajadas o, como poco, sonrisas cómplices. Siguiendo una historia tan absurda como hilarante, se nos presenta al protagonista principal, un ambicioso reportero fantásticamente interpretado por Ewan McGregor, que decide investigar sobre un tema en el que se verán involucrados unos soldados psíquicos y la guerra de Iraq, nada más y nada menos. Acompañado por Lyn Cassady (genial Clooney), un paranoico miembro del equipo de "jedis", poco a poco se va adentrando en la organización y descubrirá cosas que no desearía saber.

Aunque podría haberlo sido, "Los hombres que..." no es un thriller ni una película bélica al uso, sino una comedia que prefiere reírse de los tópicos y ciertos convencionalismos del género, aprovechándose para ello de un estilo ajeno pero que el reparto del film se conoce de sobra: el "estilo Coen". La pareja formada por Clooney y McGregor es digna de casi cualquier film de los directores de Fargo, a los que se le suman personajes tremendamente chiflados como Kevin Spacey, en un papel algo desaprovechado, o Jeff Bridges, que realiza una especie de "remake2 de su personaje de Nota en "El gran Leboski". También se incluyen cameos de Robert Patrick o Stephen Lang, cerrando un casting en el que se desearía más tiempo en pantalla para algunos pero que, en global, cumple a la perfección.

Con unos primeros 20 minutos hilarantes (genial la escena del Hamster, o el encuentro entre los protagonistas) y un final épico, con una reflexión final tan absurda como -en cierto modo- creíble, es una pena que haya varios bajones de ritmo en el desarrollo de la historia y que la fórmula esté a punto de agotarse en algunos momentos. Pese a todo, ni es la mala película que han vendido los críticos ni se trata de una "película de los Coen sin los Coen". Derek Elley, de Variety, acierta al equipararla -por momentos- con los Looney Tunes. Ése es el tono y, sólo por eso, merece la pena verla. Atentos también a la coña que se traen con Star Wars... considerando que la mitad de ellas van referidas a Ewan, la diversión está garantizadas.

"But i wont stop. I wont give up. Because when i look at what is happening in the world. i know that now, more than ever, we need to be all that we can be. Now, more than ever, we need a jedi"