Por alguna razon que se me escapa la pelicula de David Ayer ha creado tal fenómeno fan a su alrededor que éste se ha extendido a los festivales de cine, en donde la cinta ha sido (al menos) programada "por sorpresa" en Sitges y Cineuropa este 2012. Puede que se deba a la forma, pues es ahí donde más novedades podemos encontrar en el filme del realizador americano, que decide contarnos una 'buddy movie' de policías con las cada vez más utilizadas cámaras no profesionales, muy al estilo de lo hecho por cintas como "Chronicle" (con los superhéroes como tema) pero de forma más apagada. El problema de Ayer es que esta elección estética no se explota tanto como debería, quedándose en un recurso que no potencia el lenguaje ni lo hace propio. Parece una excusa para 'ser diferente'.

Este elemento, que debiera aportar veracidad a la historia, termina por ser lo menos irreal de un filme en el que vemos aparentemente a los dos mejores policías de la historia del cuerpo: cada vez que salen del coche cazan a un peligroso narcotraficante o dan cuenta de algún gran criminal local. No fallan. La cuestión no es criticar sus éxitos si no que el hecho de que siempre lo tengan termina por hacer que todo parezca excesivamente idealizado. Y cuando vemos los momentos personales de sus personajes la cosa se eleva, pero ocurre demasiado poco. De lado dejo la nula veracidad de los 'malos', clichés con patas que además tienen excesivo protagonismo en unos últimos 20 minutos horripilantes desde el punto de vista narrativo. No es una mala película pero "End of Watch" tenía potencial para ser mucho mejor, y eso que la química entre Gyllenhaal y Peña es palpable y tiene alguna secuencia de acción muy bien llevada a cabo. Pero no es capaz de alzar el vuelo más allá de esos momentos aislados, entre los que no se encuentra la (nefasta) conflusion del film.