El hecho de que fuese un documental de distribución libre quizá ya era para sospechar de sus intenciones. He de admitir, para empezar, que Zeitgeist, un documental tan odiado como apreciado, me pareció ejemplar a la hora de informar sobre unos temas concretos manteniendo un ritmo arrollador (más allá de la veracidad de los mismos), una muestra de que con las ideas claras podía armarse algo tan fascinante como entretenido. Home no es capaz de alcanzar este equilibrio. El documental de Yan Arthus-Bertrand comienza a lo grande, mostrando imágenes de gran belleza, planos aéreos de escenarios naturales sencillamente impresionantes, de un preciosismo incuestionable. El problema es cuando lleva una hora y aún no han dicho nada.

Con una narración totalmente impersonal de Salma Hayek (en la versión española), que claramente está leyendo el guión en algún papel, llegando incluso a equivocarse al pronunciar ciertas cosas, se nos intenta avisar sobre los peligros a los que nos enfrentamos si seguimos cargándonos la naturaleza de forma continuada. Sobra decir que todo se dice desde el alarmismo y el pesimismo, algo bastante común en este tipo de documentales divulgativos cuyo único interés es camuflar, bajo unas preciosas imágenes, un mensaje aleccionador y tan manipulador como poco ético.

La traca final la suponen decenas de cartelitos con datos teóricamente veraces, en los que directamente se prescinde de la voz para mostrarnos preciosos fondos y frases pseudo-apocalípticas que, en la mayoría de los casos, realmente no tiene nada que ver con el tema que previamente se había expuesto en el resto del metraje. Están por alarmar, por crear interés a golpe de impacto... y no lo consiguen. Al final, Home es una atractiva postal que debería disfrutarse bajando el volumen, dejándose llevar por las imágenes. Y aún así, seguiría estando a años luz de cine documental como "Tierra, la película de nuestro planeta" o propuestas más arriesgadas o viscerales como podría ser "Ashes and Snow".