Sofia Coppola se convirtió en una de las esperanzas del cine de autor del nuevo siglo gracias a "Lost in Translation" (2003), a pesar de haber debutado con la más que estimable "Las vírgenes suicidas" en 1999. Desde aquella aventura con Scarlett Johansson y Bill Murray parece haberse dado de bruces con la crítica, pero su fiel séquito de seguidores también se mantiene. Su "Maria Antonieta" me parece una película con un trabajo formal sobresaliente, una enorme Kirsten Dunst y unos riesgos muy de agradecer. En "Somewhere" también me agradó. Película árida, sobre las consecuencias de la fama y los lazos familiares, de una mirada lúcida y conocedora de los resortes en los que se apoyaba. Tristemente con "The Bling Ring" la hijísima de Francis Ford no consigue su propósito y falla, en su sexto trabajo de largo metraje, a la hora de capturar a la generación a la que da protagonismo.

El problema de "The Bling Ring", y vaya por delante que no es -en absoluto- una mala película, es que no es capaz de marcar su tono. Coppola asegura que nos habla de hechos reales pero es imposible creérselos tal como los cuenta, pues durante la primera hora de metraje se dedica a filmar a chavales entrando y saliendo de casas de famosos sin mayor dificultad, mostrando lo cool que son, las cosas guays que llevan a cabo, todo sin un punto de vista definido más allá de uno que alude a la admiración. Que el protagonista sea un sosainas y que las féminas sólo cumplan papeles cliché (Emma Watson clava su pija pérfida, aunque a veces se le va la mano con la mueca) no ayuda a la identificación, aunque sea parcial, y todo parece una especie de fábula irónica (sin ironía) sobre la adolescencia. Algo así como una versión superheróica de Spring Breakers, en la que las consecuencias llegan demasiado tarde, y mal.

Sofía siempre ha tenido facilidad para crear ambientes y aquí, de forma aislada, lo logra, siendo no obstante -en general- una película con una realización bastante plana. Es en los pocos momentos en los que hay una voluntad estilística cuando la cosa despega de verdad, como el magnífico plano fijo -y lejano- (con un acercamiento al final) con el que se muestra el robo en la casa de Rachel Bilson, o cierta elipsis en su tercer acto. También, aunque sea algo obvia, su última secuencia hace muestra de una mala leche que habría estado bien ver en el resto del metraje y así al menos la cosa habría sido más interesante. "The Bling Ring" tiene aciertos pero sencillamente, de Sofia Coppola se espera más. Correcta y algo acomodada, se pasa el rato y no se hace pesada, que ya es algo, pero este material daba para una película de mayor calado que una réplica, una figura de cera, de algo real que debía respirar y tener vida propia.