Pocas son las películas que tienen problemas de producción considerables y, aún así, consiguen salir adelante. La historia del cine nos ha dejado algunas, como "Apocalypse Now" u "Othello" de Orson Welles. Pero claro, sus directores eran genios y era bastante difícil que con ellos a los mandos las cosas se desbordaran. No es el caso de Marc Forster, un realizador normalito que tiene algunas producciones muy estimables (Más extraño que la ficción) pero ninguna particularmente brillante. Es más, su penúltimo trabajo era particularmente flojo, "Machine Gun Preacher". Pues bueno, con "Guerra Mundial Z" (World War Z) se ha sumado un tanto haciendo una cinta disfrutable, salvando los muebles de la producción a destiempo (aún este año seguían rodando escenas) y facturando un trabajo fácil de defender.

Con Brad Pitt a la cabeza del reparto, la adaptación al cine de la novela zombie más importante de los últimos años, "Guerra Mundial Z" de Max Brooks, se ha sacado adelante con una estructura completamente nueva pero totalmente válida para un blockbuster de casi 200 millones de dólares. Dinero que por cierto no se nota en pantalla, y no porque sea de mala factura -nada más lejos-, sino porque realmente este dineral puede atribuirse a los citados problemas y re-rodajes y no tanto al material -concreto- utilizado en el metraje final. Detalles monetarios al margen, Forster hace varias cosas muy bien y eso hay que reconocerlo.

A la cabeza de sus aciertos, un tono acertado que nos sitúa a medio camino entre el apocalipsis pandémico de "28 días después" y el cine de catástrofes más espectacular, con un primer bloque de 25-30 minutos (hasta que salen de la ciudad) que mantiene muy bien la tensión. El resto del film también consigue mantenernos inquietos en la butaca, siendo una de esas películas que no dan miedo en un sentido estricto pero que nos tienen expectantes de saber qué más puede pasar. En resumen, cine muy disfrutable, que sin ser una gran película (cualitativamente hablando) sabe cómo recompensar al espectador con momentos espectaculares y otros íntimos, bien mezclados (que no agitados). En su contra, una conclusión (lógica, eso sí) demasiado mascadita, con voz en off explicando qué pasa en unas imágenes tan previsibles como facilonas. Dentro del género zombie, desde luego, está por encima de la media. No dudéis en verla si os gusta el tema, porque-con sus imperfecciones- merece la pena.