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Voto de Caith_Sith:
7
Comedia. Drama. Thriller En 1937, en plena guerra civil, tropas republicanas irrumpen en un circo, durante el espectáculo, con el objetivo de reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales. Mucho tiempo después, en los últimos años del franquismo, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) luchan por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2010
32 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor y el circo. La unión de estos temas nos dejado una de las más bellas obras maestras de la historia del cine, "Freaks" (Tod Browning, 1932). "Balada triste de trompeta" se mira en ella y en muchos otros filmes. Es un trabajo tarantiano en cuanto a referencias y capacidad de síntesis. Y es, sin dar muchos rodeos, la mejor película que ha rodado Álex de la Iglesia desde "El día de la bestia" (1995), estando a sólo una ligera distancia del segundo mejor film del realizador vasco, la subvalorada "Muertos de risa" (1999). "Balada triste..." es además un ejemplo de cine excesivo, barroco, pero potente, con una narrativa que juega a los dobles sentidos y le sale todo a pedir de boca. Un film personal, intransferible y único: si se intentase repetir no funcionaría. Una desgarradora fábula en la que el amor y el fatalismo se dan la mano: Gilliam mataría por haberla filmado. Browning la aplaudiría. Tarantino la degustó, y premió, en Venecia.

Desde sus títulos de crédito, "Balada triste..." sienta las bases de lo que vamos a ver: un ejercicio de estilo tan rocambolesco y propio de su autor como enriquecedor. No hay término medio: se ama o se odia. Pero desde su prólogo, puedo decir que me hipnotizó. Esas imágenes oscuras, esa extraña belleza y una historia anecdótica convertida en tragedia universal. Jamás pensé que iba a decir que Carlos Areces es un gran actor, pero su creación es portentosa. Antonio de la Torre nos tiene tan bien acostumbrados que parecería absurdo destacar su papel: pero su entrega hacia su personaje le acerca, inesperadamente, hacia la de un Ledger con el rostro mal pintado. Está gigantesco. Si Carolina Bang tuviese algo que no fuesen unas buenas tetas, es decir, si tuviese talento, la cosa quedaría incluso más redonda. Afortunadamente arropan los secundarios: desde un fantástico Segura hasta el personaje de Sancho Gracia. Aquí hay calidad en cantidades equiparables a los michelines de Areces.

"Balada triste de trompeta" no es sólo un filme sobre la Guerra Civil, ni sobre payasos tristes y felices; no es sólo una comedia negra, ni la vilapidan sus momentos irregulares; tampoco un canto de amor al cine, ni al circo. De hecho representa ese amor como uno enfermizo y parasitario, que termina con todo. El amor envenenado, el contraste y el núcleo, neutral, esperando recibir su influencia. Y cuando han pasado noventa y tantos minutos del nuevo trabajo de Álex de la Iglesia, tan excesivo como valioso, llega una secuencia final en la que dos personajes, sentados, se ríen entre lágrimas. Y las luces se entienden, y los espectadores del circo rompen en aplausos. Cuando llega todo esto, lo sabes: has visto una película que ha merecido tu tiempo. Fantástica.
Caith_Sith
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