Quizás sea la película más rematadamente aburrida que he visto en los últimos años (luché por no quedarme dormido, aunque algunos espectadores del cine no lo consiguieron y se quedaron fritos a mitad de metraje). Puro tedio disfrazado de falsa profundidad y espiritualidad. Lo siento, para mí el alma de una película reside en una buena historia, unos buenos personajes o la creación de una atmósfera única e irrepetible. Aquí asistimos a un "viaje metafísico" supuestamente metafórico pero carente de sentido de unos colgados acompañados de unas mulas y un cadáver por las montañas del Atlas, que basa su supuesta profundidad en planos fijos de 10 minutos que muestran a gente paseando y largos silencios. Punto y final: no hay más dónde rascar. Pura bazofia modernilla supuestamente trascendental que esconde la más absoluta nada.

Lo único salvable, la gran fotografía protagonizada por los espectaculares paisajes de las montañas marroquíes.