Decepcionado. Terriblemente decepcionado. No encuentro otras palabras para expresar lo que siento al terminar de ver la quinta y última temporada de Fringe. La que debería de haber sido la mejor temporada de todas se ha convertido en la forma más vulgar posible de concluir una serie.
La serie, a grandes rasgos, es correcta, bastante correcta (al menos en sus primeras cuatro temporadas). Sin embargo, tiene un problema difícil de solucionar y es el hecho de que cada una de estas cuatro primeras temporadas contiene alrededor de 21 capítulos, lo que hace que, al menos la mitad de los mismos, resulten aburridos, tediosos y fácilmente desechables. Por ello he titulado esta crítica de la manera que lo he hecho. Esto no quiere decir que la serie sea mala. Ni mucho menos. Sólo digo que hubiera mejorado mucho si se hubiese eliminado buena parte del material y sus creadores hubieran concretado mucho más el metraje.
Dicho esto, llegamos a la quinta temporada. La última y mucho mas corta que las anteriores (parece que no contendrá tanta morralla). La, en principio, más interesante (se desarrolla en un futuro cercano y se centrará en la lucha directa contra los calvos con sombrero). La que debería tener el mejor presupuesto y efectos especiales (para recrear la sociedad futura en la que se desarrolla). Y la que resolverá muchas dudas (que quizás no eran explicadas con anterioridad lo suficientemente bien). ¿Y cual es el resultado? Todo lo contrario. Es la más tediosa de todas (pese a ser la mas corta), la menos interesante (menudos guionistas éstos que se han buscado), la de menos presupuesto (a mí me dio la sensación de "barata" en el peor sentido), la de peores efectos especiales (hay capítulos que prácticamente no contienen casi ninguno) y la que deja muchas dudas sin resolver.
Parece que, por la razón que sea, los creadores ya no confiaban en la serie (posiblemente porque acabaron como yo, aburridos a mas no poder) y tenían ganas de darle carpetazo lo más rápidamente posible para dedicarse así a otros proyectos más novedosos.
Mi nota será un seis ya que a pesar de todo esto reconozco que la serie en sus cinco temporadas es interesante y pese a dormirme en más de un capítulo siempre me dejaba esa cosilla en el cuerpo por ver qué pasaría al final. Siempre recordaré a la guapísima Anna Torv (qué pelo señores) y al pastillero John Noble.
Lo dicho, una lástima al final.