"Armageddon" de Michael Bay es una de las películas más controvertidas y disparmente criticadas que he visto en toda mi vida, y este interminable conflicto es precisamente el que la hace trascender... pues se trata de una película que arrastra tras de sí todos los grandes defectos y las grandes virtudes de uno de los artistas más escandalosos de Hollywood.

Lo bueno de la película es lo bueno de Michael Bay.
Y esto es aventura, larga duración, acción desbordante, violencia, muertes crueles, explosiones, disparos, palabrotas y unos efectos especiales tan sobrecogedores como lobotomizantes. Las enormes naves espaciales y el tétrico ambiente de la superficie del enorme asteroide son impresionantes maravillas visuales que aún tras una década siguen podiendo competir. El ritmo rápido, el humor, los dilemas morales (¿qué coño hacer con un arma de fuego en el espacio?) y un final tan feliz como trágico sujetan este filme haciéndo de él un entretenimiento disfrutable y extremadamente palomitero.

Y lo malo de la película es lo malo de Michael Bay.
Y esto son sus lecturas, muchas de ellas de un aire patriotero de abundantes referencias, fascista, derechista, antiliberal y a veces en el sentido más violento, a través de personajes estereotípicos. Orgullo yanqui por todos los lados (sólo observar los nombres de las naves espaciales enviadas a salvar el mundo, Libertad e Independencia), desprecio explícito al pago de impuestos (premio por salvar la Tierra, y subrrayando un "nunca jamás") y control absoluto sobre la propiedad privada y la familia (al menos sólo parte de un Bruce Willis mandón y armado, aunque quizá por parte de Ben Affleck y Liv Tyler el mensaje vaya por otro lado) hacen esta película muy, muy repelente. Cabe sumar a ello cierto racismo (el único no americano del equipo, el ruso, es menos que una caricatura) y antiecologismo (Bruce Willis riéndose de los de Greenpeace desde una plataforma pretolífera con el argumento: "¿Sabéis cuánto combustible gasta vuestro barco en una hora?"), glorificados en un heroico sacrificio final (aplaudido por el mundo entero), que hacen de este largometraje una Satánica Propaganda de Antivalores.

El guión de esta película no me parece malo (es decir, con errores y fracturas concretas), me parece simple y poco inspirado. No es muy diferente, ni mucho mejor, ni mucho peor que el de "Deep Impact" de Mimi Leder.
Las interpretaciones tampoco me parecen infames. Bruce Willis, Steve Buscemi, Michael Clarke Duncan, Billy Bob Thornton, Owen Wilson, Ben Affleck y Liv Tyler (estos últimos son sin duda los peores) están en papeles creados a conciencia para ellos, haciéndo lo que mejor saben hacer.

Si alguien quiere iniciarse en la filmografía de este señor, le recomiendo empezar por esta, y que el resultado determine si realmente apetece ver las otras. Sólo una "película de autor" podría llegar a ser tan detestada.