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Voto de Havezethario:
3
7,9
171.667
30 de agosto de 2009
38 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
American Beauty es una película unánimemente muy reconocida. Posee un Oscar de la Academia de categoría principal, una crítica estupenda por parte de las plumas profesionales y una visión bastante positiva por parte del público. Increíble, es jodidamente increíble. No salgo de mi asombro.
Yo, curiosamente, en American Beauty no veo nada más que un producto demagógico en clave de telefilme y una tomadura de pelo de fácil calado mental que insulta la inteligencia del espectador con una pobre fórmula engañabobos.
Verán,el cebo de esta trampa es la idea de "una comedia ácida, provocadora y muy inteligente". Nada más lejos que eso, señores. Mi experiencia como espectador me ha enseñado que una película, un guionista o un director no necesitan llamar imbécil al espectador para demostrar inteligencia.
Pero esta película realmente lo ha conseguido. ¿Cómo?
La fórmula es sencilla: coger clichés clásicos y mil veces vistos de la familia ideal americana (o "prototipos de la sociedad", como los llama Pablo Kurt), y tras mezclarlos, relacionarlos y empujarlos para que interactúen entre ellos como animales en una jaula (porque la historia, de hecho, es esta interacción lógica y nada más), les da la vuelta. En efecto, los pone al contrario, diametralmente opuestos.
¿Madre íntegra dispuesta a triunfar? Madre conformista dispuesta a saltar del barco.
¿Padre tonto, pasota y desencantado de la vida? Padre listo, emprendedor y visionario.
¿Hija fea, independiente y pasota? Hija de éxito amoroso, apegada y soñadora.
¿Padre homófobo, militar, nazi y estricto? Padre gay y llorica.
¿Niña guarra? Niña virgen.
¿Hijo introvertido y sumiso? Hijo desafiante e independiente.
La película es eso, a grandes rasgos.
"¡Británico tenía que ser el director!", se dirán algunos.
¿No se nota que, a pesar de que la película intente hacerse la imprevisible, termina siendo todo lo contrario?
Ello se debe a creer que la contracultura, a palo seco, es la mejor solución contra la hipocresía conservadora. La película lo muestra así, pero de ahí no pasa. Como bien ha dicho Pablo kurt, ofrece consecuencias, pero no soluciones. ¿Sabéis por qué?
Porque la contracultura tiene un significado, un origen y una causa, tenga éxito o no. Si quieren ver una demostración realmente provocadora, ácida, reflexiva y sobre todo verdadera comedia sobre el Sueño Americano, vean una serie realmente personal y sincera como Los Simpson, hecha por americanos que realmente saben de lo que hablan.
American Beauty, por otro lado, no es más que una falsa, distante y superficial gracieta concebida al 100% sobre lo convencional y lo ya establecido.
Y lo que es peor... (seguimos en spoilers por falta de espacio)
Yo, curiosamente, en American Beauty no veo nada más que un producto demagógico en clave de telefilme y una tomadura de pelo de fácil calado mental que insulta la inteligencia del espectador con una pobre fórmula engañabobos.
Verán,el cebo de esta trampa es la idea de "una comedia ácida, provocadora y muy inteligente". Nada más lejos que eso, señores. Mi experiencia como espectador me ha enseñado que una película, un guionista o un director no necesitan llamar imbécil al espectador para demostrar inteligencia.
Pero esta película realmente lo ha conseguido. ¿Cómo?
La fórmula es sencilla: coger clichés clásicos y mil veces vistos de la familia ideal americana (o "prototipos de la sociedad", como los llama Pablo Kurt), y tras mezclarlos, relacionarlos y empujarlos para que interactúen entre ellos como animales en una jaula (porque la historia, de hecho, es esta interacción lógica y nada más), les da la vuelta. En efecto, los pone al contrario, diametralmente opuestos.
¿Madre íntegra dispuesta a triunfar? Madre conformista dispuesta a saltar del barco.
¿Padre tonto, pasota y desencantado de la vida? Padre listo, emprendedor y visionario.
¿Hija fea, independiente y pasota? Hija de éxito amoroso, apegada y soñadora.
¿Padre homófobo, militar, nazi y estricto? Padre gay y llorica.
¿Niña guarra? Niña virgen.
¿Hijo introvertido y sumiso? Hijo desafiante e independiente.
La película es eso, a grandes rasgos.
"¡Británico tenía que ser el director!", se dirán algunos.
¿No se nota que, a pesar de que la película intente hacerse la imprevisible, termina siendo todo lo contrario?
Ello se debe a creer que la contracultura, a palo seco, es la mejor solución contra la hipocresía conservadora. La película lo muestra así, pero de ahí no pasa. Como bien ha dicho Pablo kurt, ofrece consecuencias, pero no soluciones. ¿Sabéis por qué?
Porque la contracultura tiene un significado, un origen y una causa, tenga éxito o no. Si quieren ver una demostración realmente provocadora, ácida, reflexiva y sobre todo verdadera comedia sobre el Sueño Americano, vean una serie realmente personal y sincera como Los Simpson, hecha por americanos que realmente saben de lo que hablan.
American Beauty, por otro lado, no es más que una falsa, distante y superficial gracieta concebida al 100% sobre lo convencional y lo ya establecido.
Y lo que es peor... (seguimos en spoilers por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Lo que es peor es que la película tiene los santos cojones de ir de lista, de sutil y de intelectual.
No hay más que oír las palabras de cierre de Kevin Spacey: "Les aseguro que algún día me entenderán."
Que no somos imbéciles.
Ya lo hemos entendido: la Belleza Americana conservadora no es más que un disfraz. Las apariencias engañan, y más allá de la capa ilusoria exterior, todos tenemos nuestro secretito.
¿Saben por qué lo he entendido?
Porque esta película de Sam Mendes, gracias a su Oscar a la Mejor Película, su posición en el Top 250 de IMDB, sus críticas profesionales y no profesionales y su alta puntuación, tenía todo el aspecto de ser una soberbia maravilla. Y ha sido un bodrio redondo.
Lo único salvable son algunas escenas simbólicas (destacando los sueños de Kevin Spacey) y la metáfora de su frase al empezar la película, todo lo contrario de la del final.
No hay más que oír las palabras de cierre de Kevin Spacey: "Les aseguro que algún día me entenderán."
Que no somos imbéciles.
Ya lo hemos entendido: la Belleza Americana conservadora no es más que un disfraz. Las apariencias engañan, y más allá de la capa ilusoria exterior, todos tenemos nuestro secretito.
¿Saben por qué lo he entendido?
Porque esta película de Sam Mendes, gracias a su Oscar a la Mejor Película, su posición en el Top 250 de IMDB, sus críticas profesionales y no profesionales y su alta puntuación, tenía todo el aspecto de ser una soberbia maravilla. Y ha sido un bodrio redondo.
Lo único salvable son algunas escenas simbólicas (destacando los sueños de Kevin Spacey) y la metáfora de su frase al empezar la película, todo lo contrario de la del final.