Lo confieso: me encantan los cuentos. Y desde que era pequeña. No puedo resistirme a un relato, ni siquiera diré "bueno", porque hay historias, que sin ser buenas, te sugieren una propia, y desatan tu imaginación y despiertan tu fantasía. A mi no me ha pasado eso con esta película. Me ha parecido "muy buena" desde el principio y, según iba saliendo de la mente de su director, iba entrando en la mía, sin sorprenderme demasiado. Hace mucho tiempo que me pasa eso con Shyamalan. Le dan miedo las mismas cosas que a mí: los muertos, la muerte, la soledad, la desgracia, la enfermedad, la locura, el fin del mundo. O la violencia, como en esta película. La maldad que vive escondida en cualquier parte, que puede atacarte en cualquier momento, a ti o a los tuyos, y de la que hay que protegerse de la mejor manera posible. Tal vez manteniéndose unidos como en la comunidad de la película. Aislados. Solidarios más que solitarios, haciendo de su unión la fuerza frente al peligro común. Y el dilema: ¿tal vez esa comunidad cerrada a cal y canto, unida como una piña, aún con buenos fines, no sea un ataque a la libertad y al derecho al individualismo de los seres humanos? No sé... Pero está claro que en este cuento hay muchos damnificados por las fieras del bosque; personas con cicatrices que encuentran que la mejor defensa es la defensa, y la mejor forma de enfrentarse a la violencia es cerrarle la puerta, y echar la llave. También podrías odiar, enfrentarte a ella con un palo, una pistola o una navaja... Y si hay que morir, hacerlo matando... Tal vez... Pero entonces esto no sería un cuento. Y no sería de Shyamalan. Y daría miedo de verdad. Sin su ternura y su magia.

Adoro a Shyamalan. Tengo la sensación de que hay lazos que unen la sensibilidad y los sentimientos de las personas. Y cuando tiran de ellos, aunque no tengan nada que ver contigo y estén a miles de kilometros luz de tu existencia, tú te estremeces y vibras como ellos mismos lo hicieron. Creo en esa comunicación que se da a vez entre las personas. Igual que creo en los cuentos y en la magia, como si fueran la vida misma. En lo que no creía es en los horóscopos hasta que un día leí que M. Night Shyamalan y yo habíamos nacido el mismo día y el mismo mes... Los misterios, como las brujas y las criaturas del bosque no existen... pero haberlos, haylos...