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España España · Madrid
Voto de paki:
9
Romance. Drama Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica "Blue", de Julie Maroh. (FILMAFFINITY) [+]
12 de septiembre de 2014
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título original está muy bien. La película cuenta “solamente” la vida de Adele durante unos pocos años, aunque solo eso ya es muchísimo. Y da para una película larga. Lo cierto es que no parece una historia especial o apasionante. Primero va al instituto, luego se enamora y después acaba su relación. Nada del otro mundo. Lo que pasa es que, como dijo alguien, lo importante no es lo que pasa sino cómo es la persona a la que le pasa. Y Adele sí es especial y apasionante.

La película la sigue cronológicamente por su vida entre los quince a los veintipocos. Y en tres partes muy definidas la vemos, primero, como es una adolescente “normal” en apariencia, con su vida en el colegio, con su familia, su barrio y sus primeros amores. Pero es también una persona llena de dudas y diferente a sus compañeros. Parece más solitaria, introvertida e inquieta, como definiéndose a sí misma, sin saber quién es, qué quiere, a quién amar… Así va transitando por los 16 años entre los conflictos de su edad, el tiempo que le toca vivir y los suyos personales. La verdad es que no parece nada grave. Es hermosa, inteligente, ingenua, intensa, fuerte, frágil, segura, alegre, triste, tierna, decidida, tímida, valiente, compleja, sencilla… Y va superando todo eso con la naturalidad y el desconcierto de quién está buscándose. Hasta que encuentra a Emma.

Emma es especial y apasionante, como ella. Diferente a los demás, como Adele. Única, como ella sola. Y también es inteligente, hermosa, compleja, segura y decidida. Ya sabe quién es, lo que quiere y a quién querer. Y, buscando, encuentra a Adele.

Se enamoran, claro. En el concepto más pleno, inmenso y, casi, terrorífico del sentimiento, del cuerpo y del alma. Al menos para Adele que se entrega a ella con desesperación en la segunda parte de la película. La de la relación de Emma y Adele. Ambas disfrutan de una sexualidad perfecta, en la que se entregan amor, pasión, ternura, complicidad, compañía… Adele cumple 18 años y su mayoría de edad, su madurez, su locura, sus proyectos y su vida es Emma. Es una aceptación total, casi una renuncia propia, de la otra persona. Es su amante, mujer, amiga, criada… Lo que sea que la otra persona pueda necesitar. Pero Emma no necesita nada. Es independiente, libre, artista, intelectual y quisiera convertir a Adele en una persona diferente; alguien a quién amar en la intimidad y en la multitud. No entiende la sumisión, el conformismo, la sencillez de Adele; ni tampoco su rebeldía o sus reacciones. En realidad, Emma no la ama y tiene miedo a una Adele enorme, volcánica, apasionada y más fuerte que los trazos con que la pinta en sus cuadros y su mente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
paki
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