Woody Allen se alejó de sus comedias intelectualoides, actrices de siempre como Diane Keaton, de aparte de ser el guionista y director también en ser el protagonista, de sus líos amorosos con chicas menores que él, de New York, de todo lo que nos tiene acostumbrado. Con este film nos muestra otra faceta como genio y nos regala esta película muy bien hecha, cuidada hasta en el mínimo detalle. Brian Cox protagoniza a Chris, un ex tenista que aprovecha su oportunidad y se casa con una ricachona inglesa, es el eje de la película, te muestra como una persona puede cambiar según su suerte, que no solo basta el trabajo duro, que si no tienes oportunidades, por más bueno que seas no conseguirás nada. Scarlett Johansson hace el papel de una actriz fracasada que se involucra sentimentalmente con Chris, su performance es más que aceptable, logra mostrarte sensualidad, pasión locura y celos. Los demás actores también actuaron muy decentes, especialmente dieron elegancia con su inglés británico.

El comienzo y el final muy bien conectados. Brillante la comparación de la pelota de tenis chocando en la ned -dándote a entender que la vida es así: o pasa y ganas o se queda y pierdes- con el anillo chocando con el vértice del puente. ¿Woody, en verdad fuiste tú?, siempre me lo preguntaré.