David Lynch luego de dirigir Eraserhead, The Elephant Man y Dune -obras maestras indiscutibles pero que no gozaron de la aceptación del público- realiza Blue Velvet, una película que tuvo un gran éxito comercial y por ende lo llevó a la fama. Está de más decir que también es una obra maestra, desde su inicio se convirtió en una película de culto. Y es que el thriller que caracteriza la película es deliciosamente perturbador y original.

Lynch desde el comienzo nos envuelve en un misterio. Qué genialidad suya el mostrarte al comienzo a un barrio norteamericano muy tranquilo, mientras la canción Blue Velvet se oye de fondo, y de repente lo inesperado e inexplicable sucede. Rápidamente entramos en un crimen que nos llevará junto al protagonista en un misterioso y extraño mundo donde lo oscuro de nuestros sentimientos y acciones afloran.

El elenco estuvo mágnifico: Kyle MacLachlan da vida a Jeffrey, un curioso muchacho que busca la verdad de lo que pasó a su padre y saber qué tiene que ver la oreja que encontró, en el problema. Laura Dern (Sandy), maravillosa como siempre, delitandonos con su hermosura, con aquellos gestos y sonrisa inolvidables. Isabella Rossellini personifica a Dorothy Vallens, una cantante que es obligada a realizar perversiones, todo por ver a su hijo y esposo Don. Es imposible que no se robe el cariño del espectador, qué tal performance, estoy seguro que muchos se convertirían en Jeffrey y la irian a rescatar del lado oscuro. Y para terminar, el personaje que le da la oscuridad y el ambiente de insanidad a la película: Frank (Dennis Hopper). Y es que si no hubiera sido por él, la película no sería lo que es, es un personaje inolvidable, pocas veces se ve a un villano tan enfermo, tan retorcido, tan cruel, tan loco como él. Esa mascarilla que le daba aire, aquellas reacciones agresivas e infantiles, crueles y con humor negro y sobre todo aquella frase: "Don't fucking look at me", siempre quedarán impregnadas en mi mente. Sí, señores, es un mundo extraño.

Como dato curioso, aquella oreja que encontró Jeffrey en el parque es un guiño a Un perro andaluz de Luis Buñuel, principalmente a la escena en que aparece una mano con hueco que desprendía hormigas.