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Voto de ArturoGMaiso:
6
Drama Dos jóvenes “quinquis” salen cada día despreocupadamente a la calle para buscarse la vida con lo que les salga. Pero además de sus cotidianos robos y trapicheos, algo les revuelve en su interior. Cada uno desea lo que no tiene. Simón quiere ser libre. Está harto de vivir rodeado de su gran familia de feriantes, incluyendo a su mujer y a su hijo. Jota no quiere seguir estando solo y lo único que desea es hacer su nido y tener su propia ... [+]
25 de junio de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine quinqui (género que narra las acciones de jóvenes delincuentes) nació aquí en España en los años 70 con José Antonio de la Loma, director que rodaría hasta 8 películas de esta temática: Perros Callejeros, Los últimos golpes de El torete, Tres días de libertad…

En estos trabajos, se acostumbraba a presentar al delincuente como héroe y símbolo de rebeldía. El género no tardó en alcanzar gran notoriedad, y surgieron nombres como Eloy de la Iglesia (Navajeros, Colegas, El pico).

Incluso directores de un grandísimo prestigio abordaron esta temática: Vicente Aranda (El Lute), Carlos Saura (Deprisa, deprisa), Almodovar (¿Qué he hecho hoy para merecer esto?)…

Sin embargo, todos estas nuevas incursiones mostraban al quinqui como una víctima de las circustancias y el ambiente en el que se había criado.

Gabriel Velázquez sigue esta línea con Ártico, narrándonos la vida de dos jóvenes amigos que deberán salir cada día a buscarse la vida, haciendo prácticamente cualquier cosa: casi todas ellas ilegales claro.

Ártico es una película de apariencia fría y poco discursiva, pero la visión del director queda bastante clara. El ser humano tiende a repetir lo que ve a su alrededor. Se repiten los embarazos no deseados, los maltratos, el fracaso escolar… Salir de la miseria no es tarea sencilla, tanto por una razón social como psicológica.

Así es el retrato de una España profunda, localizada en este caso en Salamanca, ciudad de origen del director, el cual elige actores no profesionales con la intención de acercarse a la realidad lo máximo posible. Estos logran actuar con gran naturalidad, aunque tampoco se muestran muy exigidos ya que la mayor parte de las tomas se realizan desde muy lejos. Los planos son muy abiertos, mostrándonos a los personajes como meros puntos en medio del paisaje.
Tanto es así que en muchas ocasiones tenemos dificultades para oír lo que dicen. Pero esto no es un problema, ya que entendemos todo a través de sus acciones.

En Ártico, la imagen es predominante frente a la palabra. Esta lo domina todo, y el sonido se limita a acompañarla con melodías rústicas (unas manos golpeando una mesa).

Si aquí dijésemos que Ártico es simplemente un tostón, gran parte del público nos daría la razón. Sin embargo, yo he disfrutado de esta película minimalista y extraña, donde apenas hay movimientos de cámara y los planos se mantienen hasta la eternidad.

A pesar de su escasísimo presupuesto, técnicamente es brillante, con encuadres trabajadísimos que saben extraen belleza de los lugares más insospechados.

El Cine en la Sombra
http://www.elcineenlasombra.com/
ArturoGMaiso
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