Todos los personajes son parásitos, todos menos los que en la realidad parasitan realmente el trabajo de los demás. Esos ni aparecen en la película. En la trama aparecen parásitos jefe (como el padre) que hace una oda al parasitismo de forma explícita "es mejor no tener un plan" y simplemente sobrevivir (aunque sea en condiciones lamentables y previo asesinato de los piojos competidores) a parásitos menores, como el hijo, que en realidad hubiera preferido otro plan mejor, pasando por la hija o la madre, que son parásitos conscientes y sí tienen un plan, el de parasitar lo mejor posible.

Al igual que Joker, en esta ceremonia de los Óscar, se han dedicado a dar premios a las películas más tóxicas y torticeras, a las que con una apariencia progre o una puesta en escena sutil, se dedican a poner a salvo a los que verdaderamente mandan en el mundo y parasitan su riqueza. Y para poner a salvo al explotador, tienes que atacar al explotado. Es lo consecuente con esa lógica.