Esta película centrada en la figura de Lecter debería haber sido la panacea. No obstante, nos hallamos ante un film pésimo, de una calidad inexistente, en que Anthony Hopkins intenta, en vano, salvar el resultado final con una buena interpretación.

Pero su interpretación no es capaz de salvar a este film del sopor, de un guión irrisorio y malo con avaricia, de escenas verdaderamente sonrojantes y de una ausencia total de la atmósfera gris, opresiva e inquietante del film original.

Todo en este film es barato. En definitiva, la peor película de toda la saga.