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España España · Sevilla
Voto de Cjacoana:
10
Comedia. Drama En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
26 de noviembre de 2013
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta es candidata a los Oscar como Mejor Película Extranjera por Italia; estuvo en la Sección Oficial en Cannes (y se fue de vacío, imperdonable); ha conseguido el galardón al Mejor Montaje de los Premios de Cine Europeo y en los mismos premios está nominada a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor para Toni Servillo y Mejor Guión; ganó la Mejor Fotografía en los Globos de Oro (de Italia, que los de Hollywood no se entregan hasta el año que viene) y estuvo nominada en ellos a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor para Toni Servillo y Mejor Banda Sonora; además también ha conseguido los premios de Mejor Película, Mejor Actor para Toni Servillo, Mejor Actor Secundario para Carlo Verdone, Mejor Actriz Secundaria para Sabrina Ferilli, Mejor Sonido y Mejor Fotografía de la asociación de prensa de cine italiana también nominada a Mejor Director, Mejor Guión, Mejor Productor, Mejor Vestuario y Mejor Banda Sonora. Con semejante palmarés no hay que negar que nos encontramos ante algo importante. Y vaya si lo es.

Paolo Sorrentino es uno de los mejores directores italianos en activo, de eso no hay duda. El director de Il Divo presenta aquí su película más atrevida y audaz y se muestra, a la vez, reflexivo y espontáneo. Se nota que mama de la teta de Fellini y su La dolce vita, pero no es la revisitación de un clásico que algunos críticos están empeñados en que veamos. Es, simple y llanamente, su mejor película. La historia es sensacional, habla de todo y de nada, de la mediocridad y de la exuberancia, de la decadencia y de lo grandioso. Es poesía pura. El reflejo de una alta sociedad romana decrépita que se reúne en fiestas en las que corren el alcohol, las drogas, el "arte contemporáneo" y la libertad sexual. El guión es simplemente brillante. Las escenas se suceden regadas de grandes diálogos y situaciones que invitan a la reflexión y a la autocrítica en una búsqueda mezquina de lo que es más importante, las raíces, que no son los antepasados o la tradición familiar, sino lo que verdaderamente sostiene tu vida. Una búsqueda en la que hay cabida para el drama, la comedia negra, la ironía, el sarcasmo y el esnobismo dentro de una fauna de lo más variopinta.

Los actores están imponentes, sobre todo el protagonista, un soberbio Toni Servillo (Mejor actor en el Festival de Sevilla 2013) que no actúa, lo vive. Su labor tiene tintes tan naturales que son casi insultantes, se desenvuelve con una facilidad pasmosa y su influencia y su atracción son impresionantes. Completa un espectacular reparto de secundarios en los que cada uno brilla en su cometido dando vida a la high society de Roma. La música es también così bella: a caballo entre lo clásico y lo moderno, del adagio de cuerdas y final en viento al chundachunda. Destaco la utilización del instrumento más conmovedor: la voz humana, una coral polifónica femenina que impregna la historia con un halo de misticismo y santidad que le viene que ni pintado. Visualmente es muy atractiva. Su montaje es poderoso, extravagante, pretencioso... Pero, ¿qué más da? A Sorrentino por esta película se lo permito todo y más. La fotografía es portentosa; la cámara no para quieta casi nunca, atrevida, inquisitiva, a la búsqueda del detalle. Una postproducción muy atrevida y única para buscar dónde reside la gran belleza.

Y la escenografía... ¿qué puedo contar? Más que decorados, Roma se erige como actriz imprescindible del elenco con un recorrido romántico y bello por sus monumentos y sus calles. Con Roma como telón de fondo ¿para qué añadir más? La extravagancia de los interiores e incluso del vestuario complementan esa visión rimbombante y casi hortera de una sociedad decadente y mediocre que vive creyéndose que es digna de compasión. Para mí es una de las películas del año. Maravillosa, simplemente soberbia.
Cjacoana
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